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La Isleta, entre la procesión y la conmoción tras la agresión a la menor quemada: «Vi fotos de la niña cuando la atendieron; fue terrible»
Los vecinos del barrio se despertaron, entre los festejos del Carmen, con la terrible noticia que terminó con una joven de 17 años con quemaduras de gravedad en el 95% de su cuerpo
La noticia había despertado a la Isleta en la peor fecha posible para el barrio. En plena procesión del Carmen, la brutal agresión sufrida por una joven de 17 años, que acabó con quemaduras de gravedad en el 95% de su cuerpo, se convirtió en uno de los inevitables temas de conversación entre los festejos y actos de un barrio que sigue en conmoción.
Muchos de ellos se enteraron, curiosamente, con las primeras noticias que aparecían en los medios, ya que la vivienda donde se produjo el fuego, situada en la calle Angostura, delimita a través de un muro agajado con el perímetro militar de la calle de Nouadhibou.
«Yo me enteré de la noticia casualmente por CANARIAS7», aseguró uno de los comerciantes que regenta un bazar próximo a la zona. «Ha sido a lo largo de la mañana que la gente ha empezado a hablar de este suceso».
Tal y como asegura uno de los clientes, «es una zona de menudeo; por eso los vecinos no conocen tanto a la gente que está por ahí». Por ello, hay pocas referencias tanto del presunto agresor de 20 años y de origen marroquí, que responde al nombre de Abarrafia, y de la joven víctima de 17.
Entre fuegos artificiales y la actuación de la policía científica
Ironías de una jornada festiva para este genuino enclave de la capital, a las diez de la mañana se lanzaban los primeros fuegos artificiales coincidiendo con la Feria de Artesanía, mientras la policía científica -unos cinco agentes, junto con una unidad de la Policía Nacional- continuaban inspeccionando en el inmueble en busca de prueba entre el cúmulo de residuos presente en la entrada del recinto. Las cicatrices del fuego seguían más que presentes hasta la primera planta de la vivienda, al mismo tiempo que las fuerzas de seguridad trataban de atravesar el muro, único acceso posible.
«Llevan toda la mañana llamándome de televisiones, radios, etc.... y les cuelgo porque no paran», asevera el dueño de uno de las cafeterías próximas a la calle. «Me pasaron imágenes de la niña cuando la estaban atendiendo... fue terrible; me dio una pena», relataba uno de los clientes todavía conmocionado por lo ocurrido.
Entre los comerciantes de la zona, la información había llegado a cuentagotas, pero la noticia comenzaba a tomar efervescencia. «Es una pena que se acuerden del barrio con sucesos como este», subrayaba una vecina de la calle Roque Nublo, cercana también a lugar de la agresión.
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