La pareja sentimental de Inga Nuke, la mujer de 52 años y natural de Letonia que estuvo nueve días escondida en el campo a la intemperie, comiendo bayas y bebiendo agua de un charco, está siendo investigado por los delitos de maltrato habitual, lesiones y coacciones, después de haber pasado este jueves a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Las Palmas de Gran Canaria.
Juan Jorge Q.S. fue detenido el miércoles después de que la víctima lo denunciara por unos presuntos episodios continuados de violencia de género, por lo que compareció este jueves ante la autoridad judicial que decretó como medida cautelar una orden de alejamiento con respecto a la víctima y la prohibición de comunicarse con ella mientras se tramite la causa.
En su comparecencia en sede judicial, el detenido se acogió a su derecho a no prestar declaración.
Inga Nuke desapareció el 29 de julio en la vivienda en la que vivía en el barrio de Las Mesas, de la capital grancanaria, junto a su pareja y muy cerca de los padres de éste. Ella, de nacionalidad letona y sin arraigo de ningún tipo en la isla, declaró ante la autoridad judicial que decidió irse a vivir con el investigado y desde ese momento, comenzó a sufrir malos tratos por parte, tanto de su pareja como de su suegro. Narró que fue tal el infierno que vivió en esa vivienda que incluso manifestó que intentó suicidarse.
La víctima sostuvo que el sábado 29 había salido a una fiesta en Tamaraceite con el denunciado y éste se emborrachó hasta el punto de que se peleó con otro individuo. Al llegar al domicilio, narró la mujer que su pareja tomó como excusa la reyerta que había protagonizado para emprenderla a golpes con ella, todo ello en presencia de su suegra. Tras ser golpeada de forma reiterada, la echaron de la casa y por ello se fue «al bosque», como ella se refirió al lugar de Arucas donde estaba pernoctando, comiendo y bebiendo lo que se iba encontrando en una zona de barranco. Estuvo «vagando por los barrancos» refugiándose en una casa abandonada sin pedir ayuda ya que pensaba que «nadie le iba a ayudar», así de esta forma durante nueve días hasta que recapacitó y fue a una finca privada del Camino Hoya de Olivares (Arucas), donde pidió auxilio en la mañana del pasado 8 de agosto.
Al llegar, pidió agua a los vecinos que la reconocieron por la foto que habían difundido tras su desaparición. La encontraron sin dinero ni documentación, deshidratada y llena de heridas y arañazos.
Estas personas alertaron a la Guardia Civil que se hizo cargo de ella hasta que, según dijo, se sintió fuerte como para denunciar los episodios violentos que, presuntamente, había sufrido por parte de su pareja y del padre de ésta. La trasladaron al puesto principal de Arucas donde interpuso la correspondiente denuncia ya en horas del mediodía del pasado día 8.
El caso seguirá instruyéndose por el trámite de diligencias previas y, hasta el momento, el investigado acumula cargos por maltrato habitual, lesiones y coacciones.
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