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Alumnas de los institutos Tomás Morales, Pérez Galdós e Isabel de España frente a un mural sobre la 'escalera de la violencia'. Cober
25N

Jóvenes que desmontan el machismo desde Canarias: del control al porno

Alumnas de los institutos Pérez Galdós, Isabel de España y Tomás Morales hablan sobre violencia machista y negacionismo: «Animamos a las mujeres a seguir levantando la voz»

Dánae Pérez Perdomo

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 25 de noviembre 2025, 07:02

«Vivimos en una generación que tenemos muchísima suerte». Lucía es estudiante de 1º de Bachillerato y forma parte del Comité de Igualdad del instituto Isabel de España, en la capital grancanaria. Un dato del Informe de Juventud 2024, publicado por el Ministerio homónimo, motiva su reflexión: el 23,1% de los hombres jóvenes niegan la violencia machista y creen que se trata de un invento ideológico. La alumna hace un llamado a la memoria histórica y repara en que los jóvenes viven en un contexto de derechos conquistados, que, sin embargo, responde a una ardua lucha feminista que se remonta años atrás y que no cesa, continúa en la actualidad en busca de «mejoras».

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Quizás por ello, ahonda, no han vivido en primera persona la discriminación que, probablemente, sí padecen sus madres, tías o hermanas. «Al no ser testigos de esta violencia, de esta discriminación, niegan que existe. Pero aunque no lo vean, aunque sean cosas que estén escondidas, que estén normalizadas, siguen existiendo», manifiesta.

Lucía expone sus argumentos ante otras cinco alumnas, estudiantes de Secundaria y Bachillerato en los institutos vecinos Pérez Galdós, Tomás Morales e Isabel de España, quienes también figuran en los comités de Igualdad de sus respectivos centros, con motivo de la celebración del 25N, Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Da la causalidad de que la comitiva la integran solo chicas, aunque un alumno del Pérez Galdós militante en el Comité de Igualdad se cayó de la convocatoria a última hora por un examen.

Sobre el negacionismo, su tocaya Lucía, quien se cultiva en las aulas del Pérez Galdós, pone el foco en la «crianza», periodo en el que se «normalizan micromachismos que luego, al crecer, se convierten en patrones difíciles de identificar».

Por ello, considera que la «solución más eficaz» para erradicar la violencia machista, y el negacionismo que gira en torno a ella, consiste en ir a la raíz, en «educar a los tutores legales de estos niños».

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Sofía, del IES Tomás Morales, señala como responsables de este negacionismo a la desinformación y los bulos que circulan en redes sociales, donde, además, «se muestran patrones muy machistas». «Antes de contrastar lo que ven deciden creerlo», apunta. Ana, del Isabel de España, coincide con el argumentario de sus compañeras y se detiene en la pornografía, en la que se «normalizan» situaciones «muy violentas» que lanzan el mensaje erróneo de que los hombres tienen que ser «dominantes».

Aroa, del Pérez Galdós, subraya cada palabra de sus interlocutoras y enfatiza que para eso están los comités de Igualdad, para combatir las mentalidades que «no son sanas».

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Las jóvenes lamentan que el concepto de violencia machista muchas veces se limita a la violencia física. «Es un problema, porque se infravaloran otros tipos de violencias y, al final, esas ideas se comparten y, cuanto más se comparten, más se generalizan y se toman como una verdad», detalla Sofía.

La estudiante del Isabel de España Lucía indica que «se están empezando a glorificar ciertos tipos de violencias de género que no son físicas, por ejemplo, que tu novio te controle la ropa, dónde estás o con quién te ves, y se interpreta como: 'Se interesa por mí, le importa todo lo que hago porque me quiere muchísimo', y no es ni una experiencia realista ni sana».

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La joven considera que esa glorificación se está dando especialmente en libros o series, influyendo «no solo en los chicos jóvenes, sino en las chicas, que se meten en relaciones tóxicas pensando que simplemente son pasionales».

«Durante la crianza se normalizan muchos micromachismos que luego, al crecer, se convierten en patrones»

Lucía

Estudiante del IES Pérez Galdós

Su tocaya pone el acento en que hace falta información para poder identificar ciertas situaciones a tiempo, como las de control, antes de que se conviertan en algo más «grave».

En este punto del debate, Sofía vuelve a poner el foco en el ejemplo que dan las personas adultas, donde la juventud encuentra a sus referentes. La estudiante afea algunos comentarios que se realizan ante casos de violencia machista en las noticias, restándoles importancia o alegando que la situación antes «era peor».

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«Mucha gente se toma esta lucha como una amenaza contra los hombres, por eso tienden a minimizar estos casos o a decir: 'Bueno, algo habrá hecho la mujer para que el hombre le diera una paliza'», arguye.

De izquierda a derecha, Elena, Tairi, Sofía, Elisa, Lucía (IES Isabel de España), Ana, Lucía (IES Pérez Galdós), Aroa y Dulce. Cober

Todo ello cuando las jóvenes ya enfrentan, a pesar de sus cortas edades, episodios de violencia machista. Aroa relata uno del que tuvo conocimiento, aunque no lo vivió en primera persona, relacionado con la violencia digital: «Toda una familia tenía la misma contraseña de móvil, un acto que de por sí es ya muy inseguro», matiza.

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«El hombre miraba todos los mensajes de su mujer, ya que ella hablaba con un amigo suyo y él desconfiaba. La desconfianza es una pata muy importante y lo llevó a mirar todos los mensajes de su mujer, a preguntarle en cada momento dónde estaba... Y no es sano, la controlaba, y ninguna persona en este mundo tiene que ser controlada por otra, porque es libre y tiene derecho a hacer lo que quiere», afirma.

Las chicas coinciden en que los avances tecnológicos, con la inteligencia artificial (IA) como invento estrella, despiertan nuevos retos. Ana repara en la capacidad de crear desnudos falsos con IA, otro tipo de violencia digital que está a la orden del día, y en los estándares de belleza que se promueven en la plataformas sociales, que hacen sentir a las jóvenes «insuficientes» de manera «muy cruel».

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«Mucha gente se toma esta lucha como una amenaza contra los hombres y por eso tienden a minimizarla»

Sofía

Alumna del IES Poeta Tomás Morales

La estudiante del Pérez Galdós Lucía cierra el intercambio de opiniones animando a las mujeres «a seguir levantando la voz, porque hay muchas que detectan conductas machistas y, aun así, se callan».

«La tarea de animarlas a unirnos todas y acabar con el machismo continúa. Para eso están los comités de Igualdad, pero nos falta apoyo, recursos para poder ayudar más al instituto en esta labor, aunque parezca que no hace falta, precisamente por eso, hace más falta que nunca», profundiza.

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A la pregunta de si van acudir este martes a la manifestación por el 25N, la respuesta es rotunda y unánime: «Sí».

Un «superogullo»

La negación de la violencia machista «es fácil de desmontar», al menos, en las aulas. «Los alumnos muchas veces confunden terminologías. Entonces, les explicas: 'Tienes en clase a compañeras, ¿ves lógico que tengan ellas la misma igualdad de derechos que tú para acceder a estudios o a un trabajo?'. Responden que sí, y ahí es cuando les dices: 'Pues eres feminista'», reseña Elena Hernández, coordinadora de Igualdad del IES Tomás Morales.

Elisa Ardoy, su homóloga en el instituto Isabel de España, considera que no existe un incremento del negacionismo entre el alumnado respecto a unos años atrás, lo que sí ocurre es que «ahora están respaldados por discursos de hombres poderosos, con dinero, que tienen sus medios de comunicación y están seguros en esa postura, la pueden decir con más tranquilidad».

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La diferencia radica en que existe una resistencia a esa «ola reaccionaria» capaz de rebatir los argumentos negacionistas: «Desde que sale un chico diciendo algo sobre denuncias falsas, por ejemplo, ya salen las chicas a argumentar, a contrastar, a defenderse, que eso antes era totalmente impensable. Ahora hay una resistencia y un discurso feminista, y estoy superorgullosa de esas chicas», enfatiza, haciendo especial alusión a las alumnas que forman parte de los comités de Igualdad.

«Para mí es urgente la educación sexual», incide Dulce Jiménez, también coordinadora de Igualdad en el IES Pérez Galdós, al abordar la percepción del machismo y la violencia de género entre adolescentes. «Si tuviéramos desde tempranas edades la educación sexual donde hay que tenerla, que es con anclaje curricular y no solo con el sobresfuerzo que hacemos, que usamos nuestro tiempo libre para fomentar la igualdad en los centros, evidentemente hoy no estaríamos hablando de la violencia como estamos hablando», enfatiza.

Incide en que, de ser así, se podría transmitir con mayor asertividad la conciencia de límites, cómo enfrentar una ruptura o la lucha contra la normalización del rol sumiso para las mujeres y del posesivo para los hombres. A este respecto, Elena Hernández pone sobre la mesa datos escalofriantes, como es que la pornografía actual, con la violencia como máximo exponente, ya llega a niños de tan solo 8 años, a través de dispositivos móviles, ordenadores o videojuegos.

Las tres coordinadoras trabajan a diario para combatir las desigualdades de género y este 25N lo hacen con un emotivo acto al que se sumará el colegio Aguadulce, que busca generar conciencia desde la calle: «Vamos a abrazar nuestro centro, a hacer una cadena humana, reivindicando que queremos crecer libres de violencias y de presiones de género», expone Dulce.

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