El hombre que desenterró a su madre en Asturias y se la llevó a casa «solo quería comprobar que había muerto de verdad»

Tras la declaración y después de comprometerse a no volver a protagonizar ningún acontecimiento similar, el juez ha decretadu su libertad sin ninguna restricción. Por lo tanto, podrá visitar la tumba de su madre. Sin embargo, las diligencias por un posible delito de violación de sepulcro siguen abiertas y si vuelve a cometer cualquier tipo de acción, «se tomarían otras medidas».

Los hechos sucedieron entre las 13 y las 15 horas del sábado 28 de diciembre. El varón accedió al cementerio parroquial de San Cristóbal con síntomas de evidente agitación. Se dirigió hacia la tumba de su madre, fallecida la semana que hoy termina y comenzó a gritar que se la habían llevado de su casa sin su permiso. Retiró las flores de la tumba y apartó la lápida que dejó en el suelo. Posteriormente rompió el tabique de ladrillo que siempre se coloca antes de extraer el ataúd y arrastrarlo hasta su coche.

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Alguna persona que se encontraba en el lugar intentó disuadirlo, pero el hombre se alteraba cada vez más, incluso solicitó ser ayudado. Una vez que el féretro se encontraba en su turismo, donde había reclinado los asientos para facilitar su transporte, marchó a su domicilio.

Los vecinos que conocían la profanación alertaron al párroco, que ignoraba todo lo sucedido. Inmediatamente, informó de lo sucedido a la Policía Nacional, que inició la investigación. Los agentes acudieron al domicilio del hombre, donde se encontraba con el cadáver de su madre. Fue detenido y el ataúd con el cuerpo de la fallecida fue devuelto al cementerio parroquial.

En él, la persona encargada de los enterramientos lo volvió a depositar en la tumba correspondiente y proceder a su tapiado. Sin embargo, a las pocas horas tuvo que volver a romper el tabique. En este caso se trató de atender a una orden judicial. Los funcionarios policiales habían informado, dentro de la práctica habitual, de lo sucedido al juzgado de guardia. A última hora de la tarde, el cuerpo era retirado del cementerio parroquial y trasladado al tanatorio del de La Carriona, donde el juez ordenó que la Policía Científica procediese a la identificación, reseña y foto del cadáver.

Una vez realizadas las comprobaciones, este fue devuelto esta tarde a su tumba original, que fue restaurada tras los daños sufridos en la profanación. El tercer entierro de la fallecida se llevó a cabo en un acto al que no acudió ningún familiar y que ofició Francisco Panizo, párroco titular de San Cristóbal