Un grancanario en la cima de la micropigmentación capilar
Yeray Cruz, que tiene su estudio en la capital (Perojo 26), se proclama campeón de España y acudirá al certamen mundial de Túnez en 2026
El grancanario Yeray Cruz, micropigmentador profesional y que ya goza de alta fama y consideración por la labor que realiza en su estudio en el corazón de la capital (Perojo, 26), se ha instalado en la excelencia después de que días atrás fuera proclamado campeón nacional en la modalidad de scalp (tatuaje del cuero cabelludo a base de pigmentos generando densidad y favoreciendo el camuflaje de alopecias, secuelas de tratamientos médicos o cicatrices), en un certamen celebrado en Madrid, el New Generation-PMU Congress, y al que concurrieron destacados especialistas de todo el país y alguno extranjero.
Ninguno llegó al nivel de Cruz, al que esta consagración le clasifica, directamente, a la suerte de mundial de esta especialidad que se desarrollará en Túnez en 2026 y que le eleva, directamente, a la élite planetaria. Formado con las enseñanzas de las mejores academias del planeta («en Estados Unidos están los mejores maestros», detalla), en un proceso de varios años y en el que la dedicación ha sido máxima, este reconocimiento supuso, como reconoce, «un subidón enorme» y que dispara su prestigio en el gremio. Además, en base a este resultado, será reclamado para encabezar ponencias con el fin de ejercer magisterio y sentar cátedra.

«Fue muy emocionante escuchar mi nombre cuando llegó el momento más esperado. Porque aunque uno siempre confía en su trabajo y pone el máximo empeño en mejorar, en evolucionar en un mundo tan fascinante como la micropigmentación, analizando y desarrollando distintas técnicas, siempre supone una sorpresa salir elegido y que te distingan en un acto de esta relevancia», argumenta satisfecho.
Esa experiencia que va a recordar siempre la vivió junto a Ingrid Hernández, su pareja y con la que comparte un proyecto que no ha parado de desarrollar todo su arte, porque, como realza, la labor que realiza y que le apasiona tiene categoría de arte: «Cada uno tiene su mano, su tacto, su sello. Aunque aprendas una manera de realizar tu trabajo junto a otras personas, el resultado siempre dependerá de la pasión, el talento y la implicación que pongas. De hecho, algún miembro del jurado que realizó las votaciones conocía mi trayectoria y me había expresado su admiración, aunque luego tuvieran que elegir en base a unos números, pues cada maniquí iba idenfificado con una cifra y no con el nombre de la persona que había estado trabajándolo».

Yeray Cruz admite sentirse «realizado y entusiasmado» con su rutina e interacción con la clientela y legión de fieles que acuden a sus manos: «La honradez, la transparencia, la sensibilidad y el compromiso integran la fórmula que tanto Ingrid como yo ponemos en práctica siempre. Sentir que favorecemos la autoestima de las personas, que ayudamos a su felicidad cuando acuden a nosotros, es algo que nos emociona, nos responsabiliza para seguir mejorando. Por encima de todo lo que buscamos es esa sonrisa que delata la máxima conformidad con lo que reciben».
Y, orgulloso de su tierra, también espera que este premio y la proyección internacional que comporta ayude a empoderar el nivel de este mundo que ya se da en Canarias: «Tenemos la suerte de que en Canarias disponemos de una micropigmentación capilar de altísima calidad. En otras palabras, no tenemos que salir para disfutar de los avances y resultados más avanzados. Si he podido aportar mi granito de arena en contribuir en que así sea, más orgulloso me siento de este trofeo que tanto trabajo y sacrificio lleva detrás».
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