Escuelas Wara Wara continúa su lucha en Sierra Leona

Coco Portillo, canario de Las Palmas de Gran Canaria, vive y trabaja en Sierra Leona hace unos 10 años y es el cofundador y responsable de Escuelas de Wara Wara, una organización que trabaja desde 2012 por mejorar la calidad de la educación primaria y secundaria de las zonas rurales del norte de Sierra Leona. El país es uno de los más empobrecidos de la tierra, sufrió hasta 2002 una guerra muy cruenta durante 11 años y salió de un brote de ébola que les azotó fuertemente en el 2015.

El coronavirus, en cambio, no ha dejado peores evidencias de la enfermedad en las calles, aunque el deficiente sistema sanitario en Sierra Leona impida realizar una foto precisa de la situación. La covid, de momento, «solo» ha causado 80 víctimas mortales, unas cifras más bajas de lo que cabría esperar en parte, según conjetura la asociación, se debe a una población muy joven y una esperanza de vida corta (52 años), además de que el gobierno de Sierra Leona reaccionó rápidamente a la pandemia cerrando fronteras aéreas y terrestres durante cuatro meses.

La organización Escuelas Wara Wara se ha visto implicada en la lucha contra la pobreza a través de la Educación, con la construcción de 31 edificios escolares nuevos y la reforma otros 5, lo que supone unas 100 aulas dignas, todos ellos diseminados en numerosas aldeas en las montañas al norte del país. Han construido también las letrinas y el mobiliario de las escuelas, beneficiando a alrededor de 4,000 niños en la actualidad. A esto se suma la construcción de 5 pozos y la reparación otros 3.

«Construimos edificios escolares nuevos en lugares que ya existía una escuela pero cuyos edificios estaban en muy malas condiciones, o reformamos los que no están en tan malas condiciones», explican desde la organización. «Las comunidades se comprometen a ofrecer todo lo que pueden por si mismas: arena del río, piedras, agua, árboles y personas de la aldea que trabajan mano a mano con nuestros trabajadores. Los aldeanos construyen la escuela de sus hijos con sus propias manos, por lo que siguen siendo los protagonistas de su propio futuro. Nosotros ofrecemos el resto de los materiales de construcción (cemento, hierro, herramientas, puertas, zinc para el techo, etc), así como trabajadores expertos en construcción que lideran dicho trabajo», apuntan.

En Escuelas Wara Wara apoyan a los Maestros Comunitarios no cualificados en la Universidad durante tres años para que obtengan el Título Oficial de Maestros; ya que entienden que al estar formados puedan enseñar mejor, y por otro lado, el tener ese título es un requisito necesario para poder ser aprobados en el futuro como maestros del gobierno y tener la posibilidad de recibir un salario «más digno». Los maestros comunitarios reciben una ayuda económica de los padres que suele ser de 10 a 30 euros al mes, cuando un saco de arroz cuesta 25 euros, es por ello que los maestros suelen tener otras actividades paralelas, la mayoría son también agricultores.

Entre 2019 y 2020, la organización ha podido construir 5 nuevos edificios escolares, tres de primaria (Gbongbondor, Danyoroh y Farandugu) y otros dos de secundaria (Fadugu y Yagala), así como las letrinas y mobiliario de los mismos.

También han provisto dos nuevos pozos en Kayakoh y Gbogoroma y han apoyado a 64 maestros en la Universidad que se están formando.

www.escuelasdewarawara.org (actualizándola en estos momentos)

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