Ellos tienen claro que el control no es amor
Tienen 15 y 16 años y hablan de los mitos de amor romántico que disfrazan actitudes machistas en las parejas de adolescentes, de cómo la violencia de género en su edad se mueve más en el plano psicológico o de películas con las que han crecido y esconden mensajes de dominación contra las mujeres.
Eliana, Alejandro, Gara, Juan Antonio, Yeremay, Xenia e Iris son siete adolescentes que estudian cuarto de la ESO y primero de bachillerato en el instituto Pérez Galdós. Hoy, con el telón de fondo de la celebración del día contra la violencia hacia las mujeres, el 25 de noviembre, se sientan a hablar de cómo la perciben, de si creen que los adolescentes están normalizando las relaciones desiguales en la pareja.
Los siete asienten al preguntarles si están de acuerdo con recientes encuestas que hablan de un elevado porcentaje de jóvenes que justifican la violencia de género. De hecho, las cuatro alumnas y tres alumnos conocen casos concretos de relaciones donde las chicas son controladas por sus novios y ven limitada su libertad para relacionarse con otras personas. «A nuestra edad es más violencia psicológica, te controlan el móvil, dicen que le des la contraseña como un acto de confianza y afirman que es por amor, pero solo es control y sumisión», dice Gara. «La gente a veces entiende por violencia que te peguen o que te violen, pero violencia también es que te quiten libertad y el derecho a tener amigos y amigas, a ser libre, y se ha normalizado decir ‘no es violencia, es porque te quiero’», comenta Elenia. «Nos infunden la idea del amor romántico desde pequeños y si no nos enseñan que no es así, los jóvenes tenemos estos machismos sin darnos cuenta», añade Xenia.
Ellos y ellas hoy son los que dan una clase de cómo tomar conciencia para reconocer relaciones desiguales y ese es, coinciden, el quid de la cuestión entre sus compañeros y compañeras de generación: aprender a detectar la violencia. «A veces lo dices a una amiga y te responde que es normal, que son pareja y lo comparten todo, el mito de que por amor todo vale», explica Elenia.
«Cualquiera de nosotros ha pensado alguna vez de forma machista y yo cada día me entero de una nueva forma de machismo, nos hemos divertido con historias que no te has dado cuenta de lo que son, como la Bella y la Bestia, donde a la mujer se la secuestra», explica José Antonio.
E inciden en que poner frente al espejo a quienes se comportan de forma machista con sus parejas es un paso vital. «Hay que darles a los chicos más charlas», apunta Yeremay. «Sí, no podemos dar todos los mensajes a ellas, hay que insistir donde está el problema, más con los chicos para que se den cuenta de sus comportamientos», añade Alejandro, quien ha escuchado decir a chicos que exigen a sus novias que no salgan con amigos por «respeto» a ellos. «Y si les dices que es violencia de género te responden que no te pases, que no es para tanto». Eliana y Xenia explican que decirle a una amiga que la están controlando puede ser el argumento del novio para alejarla más de sus amigas, «y llegamos a la siguiente fase del maltrato, el aislamiento del entorno».
Los siete adolescentes coinciden en que tienen información, pero algunas cosas no la perciben. Porque, como explica Iris, «una cosa es la práctica y otra la teoría: te metes en una relación y te autoconvences de que no es control, es amor». «Hace falta tener ayuda externa para reconocer el maltrato», señala Xenia, quien pide que se enseñe también a los niños y niñas más pequeños. Porque quieren crecer en libertad y en el respeto mutuo.