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Eva del Río / Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 5 de junio 2019, 13:04
Está por todos lados. La creciente producción del plástico y su uso amenazan con contaminar cada rincón del planeta, especialmente los mares y océanos, destino final de muchos de ellos, donde perjudican seriamente la salud de los ecosistemas acuáticos y la supervivencia de las especies que habitan en ellos.
Según datos de Greenpeace, la situación mundial es dramática, más aún teniendo en cuenta que la producción de plásticos se acercará en 2020 a los 500 millones de toneladas (un 900% más que en 1980).
Estas cantidades, su fácil dispersión y su lento proceso de degradación convierte al plástico en el enemigo número uno de mares y océanos. Su uso es un problema asociado a los modos de consumo, ya que la mayoría se emplean para envases de un solo uso. En este sentido, España va a prohibir la comercialización, importación y exportación de utensilios de plástico de un solo uso a partir del 1 de enero de 2020.
MICROPLÁSTICOS. Dentro de la problemática existente con estos residuos, los microplásticos son los que están resultando particularmente más perjudiciales. Se trata de fragmentos inferiores a 5 mm que pueden venir de la rotura de trozos grandes o haber sido fabricados directamente así, como es el caso de las microesferas presentes en productos de higiene y limpieza como exfoliantes, pastas de dientes o detergentes.
Además, hay estudios recientes que han observado que los animales marinos están ingiriendo estos microplásticos, lo que está provocando bloqueos gastrointestinales y alteraciones en sus patrones de alimentación y reproducción.
Reducir. En nuestro país se usa una cantidad extraordinaria de artículos de plástico de un solo uso, como pajitas, bolsas de plástico, envases, vasos, platos y cubiertos de plástico. Aunque a partir de 2020 estarán prohibidos, este esfuerzo debe ampliarse para que el consumo mundial de plástico disminuya.
Conciencia. En 1974, el consumo promedio de plástico per cápita fue de 2 kilos. Hoy, este número se sitúa en los 43 kilos. Así pues, se deben desarrollar alternativas a los plásticos no degradables y las industrias responsables de los principales residuos plásticos deben tener acuerdos específicos.
Tasas. El plástico fósil es aún más barato de fabricar y comprar que las alternativas renovables, por lo que los gobiernos deben valorar la implementación de un impuesto o tasa sobre los plásticos contaminantes. Las tarifas deben cambiarse para que el plástico reciclado sea más económico que el fósil.
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