«Todos quieren venir a las residencias universitarias, son más baratas que cualquier alquiler»

El problema de la vivienda tiene los brazos muy largos y termina asfixiando a colectivos insospechados. Uno de ellos es el estudiantado universitario o, mejor dicho, sus familias. El precio del alquiler sufrió un incremento interanual del 14% el año pasado, según el estudio de Fotocasa 'La vivienda en alquiler en España en el año 2024'. Esto ha empujado al alumnado a optar en tropel por las residencias universitarias, de tal forma que la demanda prácticamente duplica la oferta en las universidades públicas canarias.

«Para este curso recibimos 987 solicitudes, de las cuales se adjudicaron 444 plazas. En total tenemos unas 450», puntualiza el vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), David Sánchez. Su homóloga en la de La Laguna (ULL), Rosario Hernández, lanzó un SOS al Ejecutivo canario por esta situación. Y es que en la institución tinerfeña registraron alrededor de 1.400 solicitudes para 511 plazas previstas.

Hernández pone en valor el carácter social de este servicio, que supone un desahogo para las familias con rentas más modestas, ante la subida imparable de los alquileres. Por ello, exige al Gobierno de Canarias un mayor apoyo en la dotación de estos centros.

Para Sánchez la solución pasa por ofertar más plazas, el problema es que la ULPGC carece de más alojamientos donde ubicar al alumnado. Por este motivo, insta al Ejecutivo canario a «habilitar otros espacios para estudiantes», además de regular el alquiler y las viviendas vacacionales.

La ULPGC cuenta con tres servicios de alojamiento. Dos de ellos se ubican en el campus de Tafira, que son la residencia universitaria, con 252 plazas, y los apartamentos dobles, con 152. Una tercera residencia se encuentra en la calle León y Castillo de la capital grancanaria, que ofrece habitaciones dobles e individuales, donde se ofertan unas 35 plazas, de acuerdo con Sánchez.

«Evidentemente todo el mundo quiere venir a la residencia, porque la cuota, en función de dónde vayas, es más barata que cualquier alquiler», manifiesta el vicerrector. En la ULPGC, la cuota mensual en la residencia de Tafira asciende a 576,22 euros, «es más cara porque incluye la manutención», matiza.

En los apartamentos dobles de Tafira es de 302 euros, debido a que no contempla los gastos en alimentación. «Tienen cocina, donde los alumnos se pueden preparar su almuerzo o cena», subraya Sánchez. Mientras, en el alojamiento de la capital grancanaria existen dos tarifas: «La habitación individual cuesta alrededor de 427 euros y la doble 373».

Estos precios contrastan con los resultados del estudio de Fotocasa, que cifra en más de 1.000 euros el alquiler medio para una vivienda de 80m² en España, en 2024. El mismo informe reseña que, en Canarias, el coste fue un 2% superior a la media nacional.

David Sánchez explica que el alumnado que ya se aloja en estos servicios tiene preferencia a la hora de solicitar plaza para el curso que viene. Las plazas vacantes se adjudican por baremación y entran en juego aspectos como la renta familiar, se priorizan las más humildes, y el lugar de residencia, que en este caso reciben más puntuación las más alejadas de la capital grancanaria.

El vicerrector lamenta que el número de plazas sea limitado tanto en la ULPGC como en la ULL: «No podemos hacer más de lo que ya tenemos y es una pena por el esfuerzo económico que supone para las familias».

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