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Expertos en Educación avisan: «Gastar más no supone mejorar los resultados educativos»

Expertos en Educación avisan: «Gastar más no supone mejorar los resultados educativos»

EFE

Madrid

Viernes, 20 de septiembre 2024, 23:01

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Expertos en Educación avisan de que un mayor gasto en Educación a partir de unos niveles de inversión -que podrían rondar los 4.500 euros anuales por alumno-, no supone mejores resultados educativos y ponen el foco en cómo se debe gastar el dinero público.

La décima edición del informe Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2024 que presentan las fundaciones Ramón Areces y Sociedad y Educación y en el que han participado quince expertos, científicos y analistas, señala que se debería extender la educación más allá de la etapa obligatoria porque beneficiaría al acceso de empleos mejor remunerados.

Según los análisis económicos realizados por el BBVA Resarch, Fedea y el CSIC, cómo se utilizan los recursos es más importante que cuánto se gasta ya que un aumento del gasto en Educación no se traduce necesariamente en un mejor rendimiento académico, a partir de ciertos niveles.

«Más recursos sin mejoras de eficiencia no garantizan mejores resultados», señala el profesor Rafael Doménech (BBVA Research y Universitat de Valencia), que añade que España tiene un nivel de gasto similar al de Polonia, República Checa o Eslovenia, y superior al de Letonia, Lituania o Eslovaquia, pero obtiene peores resultados educativos en cuanto al porcentaje de población con estudios de al menos Secundaria Superior. En este sentido, incide en que con unos niveles de unos 4.500 euros anuales por alumno, que mayoritariamente alcanzan ya las sociedades más avanzadas, ya no hay correlación entre el gasto y el nivel educativo alcanzado, aunque recuerda que obviamente un nivel de inversión excesivamente reducido puede dañar la calidad del capital humano.

Mayor eficiencia en el gasto

Los expertos ponen el foco en una mayor eficiencia en el gasto educativo. La formación, la capacitación e incentivos de los docentes, el currículo educativo, las infraestructuras escolares, la autonomía de los centros educativos y su rendición de cuentas, la evaluación externa de los conocimientos adquiridos o la equidad en el acceso a la educación es lo que diferencia a los países que con igual o menor inversión en Educación que España obtienen mejores resultados.

En 2022 el gasto público era un 35,2 % superior al de 2003 y a pesar de este aumento los resultados de PISA de 2022 son ligeramente inferiores a los de 2003, en Matemáticas, Lectura y Ciencia.

«Lamentablemente, no hay recetas mágicas ni inmediatas para resolver los problemas del sistema educativo en España, que llevamos padeciendo durante décadas. Ojalá se pudieran resolver aumentando en 1,5 puntos del PIB el gasto en educación», incide Doménech en el informe en el que señala que «para gastar más primero hay que gastar mejor».

El objetivo de gasto público educativo en España es del 5 % del PIB y en 2022 representó un 4,71 % del PIB.

Para los analistas y científicos habría que reorientar el gasto actual hacia la reducción del fracaso escolar y el abandono temprano del sistema educativo así como hacia una mayor formación de los docentes.

En su informe recuerdan la importancia que la educación y el capital humano tienen sobre el crecimiento económico y el bienestar social.

De la Fuente y Doménech apuntan a la necesidad de «adoptar enfoques más holísticos y centrados en la calidad» para que los países puedan avanzar hacia sistemas educativos más efectivos y equitativos. Y es que según otros autores como Cristina Pita y Ramón Torregrosa de la Universidad de Salamanca «la relación creciente entre la satisfacción con el puesto de trabajo y el nivel de formación se cumple en el sector privado, pero no se cumple en el sector público».

Además, los expertos coinciden en que «la desigualdad educativa no solo afecta a los individuos y a sus familias, sino que también tiene implicaciones macroeconómicas. Un sistema educativo retrasado y desigual produce una fuerza laboral menos cualificada y productiva».

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