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Patricia Aguilar, en el momento de ser rescatada en Perú AFP
«Me dicen que he estado en una secta, pero yo creo que no»

«Me dicen que he estado en una secta, pero yo creo que no»

Patricia Aguilar, la joven española rescatada en la selva peruana, narra con detalle su experiencia en el libro 'Hágase tu voluntad' de Vanesa Lozano

Domingo, 11 de octubre 2020, 19:50

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«Me llamo Patricia Aguilar, tengo 19 años y dicen que he estado en una secta, pero yo creo que no». Así comienza su relato la joven que perdió la libertad en una granja de la selva peruana, después de huir de su casa en Elche para reunirse con un hombre que la convenció por internet de ser un mesías. En la crónica 'Hágase tu voluntad' (editorial Sinficción) de Vanesa Lozano, se escucha en primera persona la voz de la joven incauta que fue rescatada por la policía y repatriada después de encarcelar a Steven Manrique. Durante meses, y «hasta el agotamiento» Aguilar accedió a una serie de entrevistas donde contó con detalle su escapada y vida. «Mientras todos dormían la siesta, he cogido mi mochila y el ordenador y he cerrado la puerta de casa despacio». Durante un mes llenó dos maletas en casa de su abuela. Fue al aeropuerto, ya tenía el billete a Lima. «Mi padre no deja de escribirme así que apago el móvil», dice. El motivo: «siento que ya no encajo».

El trabajo periodístico de Lozano, redactora de 'El Periódico', selecciona retazos de las conversaciones textuales de la pareja, y empieza la desmitificación del caso, las sorpresas que aguardan en los buenos reportajes de profundidad. Por ejemplo, que el mito de Manrique se deshace, no tiene la labia que se le presume. Al contrario, resulta ordinario y burdo.

-Otra opción es embarazarte -dice él.

-No sé si es la mejor -duda ella.

-Pero sí la más sabrosa.

-Ya, mi vida, pero cómo serviría eso para que yo estuviera legal.

En otros episodios se habla de sexo explícito, a veces usando palabras como «santificar» y referencias cristianas. Siendo siempre la versión de Aguilar, se narra su primera relación sexual que coincidió con masticar hojas de coca. También relata cómo servía de «cebo» para captar a otras chicas -una vasca llamada Nagore-, de su embarazo y su parto sin asistencia sanitaria. Finalmente de su rescate y regreso al hogar paterno, 548 días después.

La investigación se completa con la incansable búsqueda familiar y el buen trabajo policial, tras la pista de la chica desaparecida.

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