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Yara Bernaldo de Quirós, en el Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la ULPGC. Cober

La ULPGC busca el elixir de la eterna juventud en los delfines mulares

Yara Bernaldo de Quirós, del IUSA, lidera una investigación internacional que ha constatado que el suero sanguíneo de este tipo de cetáceos retarda el envejecimiento arterial

Carmen Delia Aranda

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 7 de agosto 2024, 02:00

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Una investigación internacional liderada por la doctora Yara Bernaldo de Quirós Miranda, del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), ha demostrado que el suero sanguíneo de los delfines mulares protege las arterias del envejecimiento.

«Hace unos días publicamos un 'preprint' en una de las revistas de mayor reputación en el campo de la fisiología cardiovascular», señala la doctora acerca del avance del estudio divulgado en 'American Physiological Society Journal. Heart and Circulation Physiology'.

El instituto de la ULPGC colaboró en esta investigación con la Universidad Colorado Boulder de Estados Unidos para idear una metodología innovadora que permitió estudiar la función arterial del suero sanguíneo de manera aislada, explica la fisióloga.

«Aislamos el suero para saber si portaba efectos beneficiosos o perjudiciales para las arterias», señala la investigadora que está investigando el envejecimiento arterial en humanos y cetáceos gracias a la prestigiosa beca Marie Curie, concedida en 2020 por la Comisión Europea.

«Cuando las personas envejecen, la función de los tejidos y órganos decrecen. Este es el paso previo a la presentación de enfermedades cardiovasculares. Desde el punto de vista biomédico, nos interesa ver qué ocurre para que órganos y tejidos dejen de funcionar con el paso de los años y así prevenir estas enfermedades», comenta Bernaldo de Quirós acerca del origen de una línea de investigación premiada por la Sociedad Americana de Fisiología.

Analizando la experiencia de la ULPGC tras 20 años realizando necropsias a cetáceos, Bernaldo de Quirós se percató de que los animales apenas presentaban enfermedades cardiovasculares asociadas a la edad, pese a que son longevos. «Las hembras de delfín mular suelen vivir más de 50 años. La ballena de Groenlandia es el mamífero más longevo, con más de 200 años», explica la investigadora sobre un aspecto de los cetáceos que llamó su atención.

Otra cuestión llamativa es que «los cetáceos tienen que bucear de manera forzosa para alimentarse y, sin embargo, en los humanos está comprobado que las inmersiones decrecen la función arterial. Estos mamíferos han evolucionado para adaptarse al buceo. Nuestra hipótesis es que esas adaptaciones al buceo protegen sus arterias», explica la doctora.

Metodología

El primer paso dado para buscar el origen de la salud cardiovascular de los cetáceos fue medir y comparar el efecto del suero sanguíneo de los delfines mulares y de los humanos en arterias de ratones. Al exponerlas a suero de humanos de edad media avanzada, se constató que decrecía su capacidad de dilatarse y contraerse ante un estímulo, es decir, la función arterial empeoraba. Sin embargo, dice Bernaldo de Quirós, las arterias expuestas a suero de delfines, tanto de ejemplares viejos como de jóvenes, mejoraban su dinámica. «Incluso las arterias de ratones viejos, con suero de delfín de edad media-avanzada, recuperan su función arterial, rejuvenecen», sostiene la investigadora.

«Los delfines tienen algo, que no sabemos qué es, que protege las arterias del envejecimiento», abunda la fisióloga orgullosa de haber obtenido la primera confirmación del poder rejuvenecedor de la sangre de los delfines mulares.

A falta de financiación para estudiar qué pasa y aplicarlo a humanos

Este primer estudio se ha realizado con suero depositado en un biobanco de Estados Unidos de delfines en libertad capturados brevemente para realizarles controles sanitarios. Ahora, dice Yara Bernaldo de Quirós, el propósito es dar continuidad a la investigación con suero de animales de parques acuáticos para estudiar cómo logran mantener joven su función arterial y comprobar si el hallazgo se puede aplicar a la medicina humana. «Nos gustaría analizar la composición del suero. Ver qué hay y analizar animales de mayores edades, equivalentes a personas de 80 años, para ver si en edades más avanzadas el suero conserva su capacidad de protección de la función arterial», abunda la especialista en fisiología comparada.

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