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L.R.G.
Las Palmas de Gran Canaria.
Martes, 18 de julio 2023, 02:00
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En una planta viva en un vivero, en una zona urbana ajardinada y en el barranco de Anaga. Las tres ubicaciones se localizan en la isla de Tenerife y en las tres se detectó la presencia del caracol gigante africano (Lissachatina fulica), una de las 100 especies invasoras más peligrosas por los daños que puede causar a la vegetación local, el pasado miércoles. Desde entonces la Red de Alerta Temprana de Canarias para la Detección e Intervención de Especies Exóticas Invasoras (Redexos) del Gobierno de Canarias está en alerta y vigilando esos enclaves por si ha quedado algún ejemplar. «Con la culebra real de California se estuvo mucho tiempo detectando no se actuó. Ya sabemos que no nos podemos fiar de nada. Hay que actuar y evitar errores. Por eso vigilamos la zonas donde se detectaron, por si queda algún ejemplar, y pedimos la colaboración de la ciudadanía», explica el biólogo Ramón Gallo, técnico de Redexos.
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De momento no está claro cual ha sido la vía de entrada de ese molusco a Canarias. «Es un caracol grande, bonito, por eso hay gente a quien le gusta tenerlo», pero «es ilegal tanto su transporte, como su tráfico o comercio y la tenencia de las especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y esta lo está», recuerda el técnico. Por otro lado, el hecho de que se encontrara en un vivero hace pensar que llegó importada. Fue también lo que pasó con el anolis verde cubano (Anolis porcatus) un pequeño lagarto que llegó al sur de Tenerife tras ajardinar un complejo turístico.
Origen El caracol gigante africano es originario de Kenia y Tanzania.
Vías de entrada Su comercio y tenencia está prohibida. Pero puede llegar de forma ilegal o en la importación de plantas.
Voraz Está considerada una «plaga» por su efecto devastador en vegetación y cultivos, y también transmite parásitos peligrosos al ser humano.
El caracol gigante africano está considerado «como una de las peores plagas de caracoles a nivel mundial, tanto por su efecto devastador sobre cultivos como por ser transmisor de parásitos peligrosos para la salud humana». Puede contagiar meningitis o provocar trastornos intestinales, entre otras posibles enfermedades. Por eso, advierte el biólogo, si alguien detectase la presencia de este caracol «hay que evitar manipularlo y si lo hacen hay que hacerlo con guantes y después lavarse las manos. Es como si estuviéramos con la covid». Lo mejor, en cualquier caso, es «llamar» a Redexos (646601457).
Gallo afirma que desde los seis meses la concha de este molusco ya mide siete centímetros, con lo que se distingue fácilmente. Un ejemplar adulto puede llegar a medir hasta 30 centímetros y pesar 30 gramos. Redexos también tiene disponible una aplicación que ayuda a detectar especies exóticas invasoras.
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Es un herbívoro que se reproduce con facilidad, de ahí también su peligrosidad para el ecosistema. «Las especies invasoras compiten con las autóctonas», recuerda el técnico, y en este caso es un molusco «grande», por lo que puede provocar daños en cultivos como el plátano o el tomate por su alta «voracidad». y es además, un molusco que puede adaptarse. «Ha sabido colonizar sitios con menos humedad que Canarias», advierte Gallo, quien explica que cuando las condiciones no le son favorables se «entierra» permaneciendo en letargo escondidos.
L.R.G.
Las Palmas de Gran canaria. El primer lugar en el que se detectó la presencia del caracol gigante africano (Lissachatina fulica) fue en Gran canaria en 2017. En mayo de ese año agentes de la Policía Canaria incautaron dos ejemplares que tenía un residente en Santa Lucía de Tirajana con los cuales pretendía hacer negocio a través de una página web.
En España, según el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, se detectó la presencia de estos moluscos en Andalucía en 2006 y desde entonces el Programa Andaluz para el Control de Especies Exóticas Invasoras «se encuentra realizando un seguimiento para conocer su evolución e impacto». Además está presente en América, Japón, Islas del Pacífico, Australia, Sureste Asiático.
De momento la Red de Alerta Temprana de Canarias para la Detección e Intervención de Especies Exóticas Invasoras (Redexos) del Gobierno de Canarias no ha incluido el reporte de la detección de estos moluscos en Tenerife. «Por las circunstancias estamos siendo recelosos con la ubicación exacta para evitar que alguien acuda sin que estemos seguros de que está bien acotada», señalan fuentes de Redexos.
La red debe asegurarse no solo de que no quedan ejemplares sueltos sino de que tampoco hay huevos en la zona donde han sido encontrados. Estos moluscos pueden llegar a enterrar «más de 100 huevos en el sustrato en el primer año de vida, y más de 500 en el segundo año», según recoge el Catálogo de especies exóticas e invasoras, y estos «eclosionan a los 11 días de la puesta».
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