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La Tierra recibe a partir de este viernes una serie de tormentas solares severas desencadenadas por las erupciones registradas desde el miércoles en un gran grupo de manchas solares, quince veces más ancha que nuestro planeta, llamada AR3664.
«Estas eyecciones de masa coronal se producen habitualmente, pero no tan fuertes ni tan seguidas. Esta vez se han producido cinco llamaradas y puede que algunas se fusionen», explica el investigador del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), Héctor Socas, quien no cree que tenga efectos graves, al menos, en esta ocasión.
Tampoco puede descartar que ocurra, a menor escala, algo similar a lo sucedido en la tormenta solar de 1859, denominada evento Carrington, que apenas tuvo efectos visibles ya que no existían las telecomunicaciones y ni redes de suministro eléctrico.
«Esta tormenta podría causar daños a infraestructuras eléctricas y apagones en ciudades, aunque es poco probable», dice el físico solar que reconoce que la astrofísica no dispone aún de elementos para hacer predicciones sobre la actividad solar.
En todo caso, el científico sí baraja la posibilidad de que las auroras boreales sean visibles en latitudes inusuales. «Tendremos una fiesta de auroras, pero no se sabe dónde. Puede que en Alemania, Francia y quizá en el norte de España, pero son estimaciones muy inciertas. Vemos las nubes de partículas que expulsa el sol pero no sabemos cómo van a interactuar cuando lleguen a la magnetosfera», dice.
La intensidad de la tormenta geomagnética que se prolongará durante el fin de semana está calificada como G4 por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
«No se produce una tormenta de esta intensidad desde 2005. En el año 2003 se produjo una de categoría G5 y provocó apagones en Suecia y Canadá», apunta el científico que aclara que las regiones más vulnerables a las tormentas geomagnéticas se sitúan en latitudes altas.
«La tierra está protegida por un campo magnético, la magnetosfera, que atrapa las partículas del sol que viajan a miles de kilómetros por segundo y las canaliza hacia los polos. Esas partículas son las auroras boreales», explica Socas.
Lo cierto es que esta tormenta comparte un rasgo con el evento Carrington. «Entonces llegaron varias tormentas seguidas. La primera abrió una brecha en la magnetosfera y la segunda encontró vía libre para alcanzar la superficie de la Tierra. El actual es un grupo grande de eyecciones, no solo importa el tamaño de la mancha, sino cuánto de enrollado esté el campo magnético que las conforman y, en esta mancha, lo están mucho», afirma sobre un fenómeno que impactará sobre todo en la comunidad científica.
A G4 (Severe) Geomagnetic Watch has been issued for May 11... pic.twitter.com/CeEHWEUFiQ
— NOAA Space Weather Prediction Center (@NWSSWPC) May 9, 2024
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