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El alcalde Pamplona Enrique Maya (d) saluda a Juan Carlos Unzué antes de salir al balcón del Ayuntamiento en la Plaza Consistorial de Pamplona para dar el chupinazo de los Sanfermines. foto: Efe | Vídeo: atlas

El chupinazo más esperado de la historia

Un emocionado Juan Carlos Unzué descorcha los Sanfermines y da visibilidad a la ELA en la fiesta más universal

Miércoles, 6 de julio 2022, 11:01

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El reencuentro ha sido inolvidable. Nunca antes los Sanfermines han vivido un chupinazo tan emotivo y con tantas ganas de celebrarlo. Tras un paréntesis de dos años (desde el 6 de julio de 2019 hasta el de hoy, a muchos se les ha hecho eterna la espera), el balcón del Ayuntamiento de Pamplona ha vuelto a acoger su cita más íntima y querida, la que mete ese estrecho mirador de piedra en hogares y oficinas de toda España. A las doce en punto del mediodía la fiesta más universal, la fiesta madre, ha dado el pistoletazo de salida. Y lo ha hecho a lo grande. Con la mejor elección posible. Juan Carlos Unzué, el inolvidable guardameta que hoy trata de parar la ELA, enfermedad que le fue diagnosticada hace tres años. Unzué, de 55 años, en silla de ruedas acompañado de su mujer. María, que no se separa de él, y por el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha prendido el cohete y lanzado al cielo de la capital navarra y ante la marea blanca y roja que desbordaba la emblemática plaza del Ayuntamiento el grito de guerra que dispara la ciudad a su fiesta más grande. «Pamploneses, Viva San Fermín». «Iruindarrak Gora San Fermin». Unzué dedicó el chupinazo a todos los sanitarios que ayudaron y siguen ayudando a combatir el coronavirus y a «todos los enfermos de ELA», citando «especialmente a Montxo» -en referencia a Montxo Iriarte, presidente de la Asociación Navarra de Esclerosis Lateral Amiotrófica-. La emoción inundaba sus ojos y en su cara todo era una sonrisa.

El grito de Unzué ha sido respondido también por los miles de personas que abarrotaban la plaza consistorial con el tradicional '¡Viva!¡ y '¡Gora!', con los pañuelos rojos en alto y en medio de un estallido de júbilo y alegría especialmente celebrado este año por razones que no hace falta explicar.

Con el chupinazo y con Unzué ya con su pañuelo rojo anudado al cuello, como marca la tradición, han dado comienzo oficialmente los tan deseados Sanfermines 2022. Se abren nueve días ininterrumpidos de festejos en una ciudad que desde este miércoles acoge a miles y miles de personas. Además de navarros y viajeros llegados desde todos los puntos de España, hay una presencia importante de franceses, mexicanos y, cómo no, de estadounidenses decididos a seguir los pasos de ese vividor llamado Hemingway.

En cuanto el cohete ha roto el cielo de Pamplona, txistularis y gaiteros han acompañado a la banda La Pamplonesa para interpretar la Biribilketa, la primera música de San Fermín, la que arranca cada año las fiestas con los miles de pañuelos rojos elevados sobre las cabezas de los pamplonicas y que ha regresado tras dos años de ausencia marcados por la pandemia.

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A Unzué se le ha notado visiblemente emocionado. El ex guardameta navarro, acostumbrado a lidiar con el miedo escénico de tantos y tantos estadios de fútbol (jugó más de 300 partidos en Primera División) superó con nota el reto de lanzar el chupinazo más esperado de la historia sanferminera. El antiguo futbolista, que vistió las camisetas de Osasuna, Barcelona, Sevilla, Tenerife y Oviedo, lucha contra la esclerosis lateral amiotrófica. Por eso con el chupinazo de hoy ha dado a la ELA una visibilidad que agradecen todos los que, como él, ansían avances más rápidos en la investigación de esta cruel enfermedad neurodegenerativa sin cura ni tratamiento que les arrebata lenta e inexorablemente la vida. Gritar a los cuatro vientos desde el balcón del Ayuntamiento pamplonés ese Viva San Fermín ha brindado a Unzué la oportunidad única de mostrar la ELA al mundo entero y recordar que los enfermos no tienen tiempo que perder. Y lo ha hecho en su ciudad natal, en la fiesta por antonomasia, la que da sentido a Pamplona y rodeado de alegría, optimismo y desenfado, la actitud con la que él ha decidido enfrentarse a la ELA.

130.000 personas y seguridad

'Bienvenidos a las mejores fiestas del mundo' es el lema con el que el Ayuntamiento recibirá a las 130.000 personas que llegarán estos días en autobús; 2.500 en vuelos regulares y 20.000 en tren, según las previsiones del área de Cultura y Turismo de Pamplona. A principios de abril los hoteles ya rozaban el lleno con precios superiores a los de 2019, sobre todo para los primeros días. En el centenario La Perla, de cinco estrellas, las tarifas oscilan entre 1.000 y 3.000 euros por noche.

Más de 2.700 agentes entre Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Foral y Policía Municipal velarán por la seguridad de unas fiestas, en la que los agentes prestarán especial atención a evitar las agresiones sexuales. Nadie olvida lo ocurrido la noche del 6 al 7 de julio de 2016 cuando cinco amigos sevillanos, autodenominados La Manada, agredieron sexualmente a una joven de Madrid de 18 años en el rellano de un portal del centro de Pamplona.

Por otro lado, Protección Civil ha recordado la obligación de llevar mascarilla en el transporte público. Y aunque la ministra Darias recomendó «sentido común» ante las aglomeraciones, hoy en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona brillaban por su ausencia.

Alquiler de balcones

Este año se han vertido 1.500 litros de antideslizante para facilitar el agarre de los corredores y de los toros durante los encierros, que comenzarán este jueves a las ocho de la mañana con astados de Núñez de Cuvillo. En el recorrido desde la cuesta de Santo Domingo hasta la plaza de toros se ofrece el alquiler de balcones con tentempié a base de café y pastas a precios de entre 125 y 180 euros, aunque a estas alturas quedan pocas plazas disponibles.

En el cartel taurino destaca Roca Rey –que toreará dos veces, el 7 y el 13 de julio– y en el musical Eliades Ochoa (9 de julio) La Oreja de Van Gogh (10) y La M.O.D.A. (12), entre otras muchas propuestas.

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