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En busca de la fuente de la eterna juventud en el siglo XXI

En busca de la fuente de la eterna juventud en el siglo XXI

«Casi todo el mundo quiere vivir más años, sentirse y parecer más joven, los investigadores estudian genes, células, hormonas, modelos alimenticios y otros factores que favorezcan el envejecimiento exitoso y sobre como prevenirlo o retrasarlo»

Jueves, 1 de enero 1970

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Cualquier literatura sobre como permanecer joven y vivir más tiempo genera un enorme interés en la población, a pesar de las numerosas investigaciones al respecto aun no se ha encontrado una explicación completa e integradora del interesante proceso de envejecimiento humano ni la fuente mágica de la eterna juventud que inspiró el famoso viaje del explorador español Ponce de León.

En base a los conocimientos actuales con evidencia científica sobre tan interesante tema, que genera numerosas interrogantes a muchas personas estructuramos el artículo de hoy.

El envejecimiento empieza en el momento en que se nace, un niño crece y se vuelve adulto, continúa evolucionando y cambiando física. psíquica y funcionalmente con el paso de los años hasta que la persona comienza a sufrir un deterioro funcional, el término técnico para este deterioro de las funciones consecuencia de cumplir años es senectud, que finalmente conduce a la muerte.

A día de hoy en el campo de la gerontología todo se mide en términos de función y autonomía, no de edad cronológica.

Tras años de intensa investigación se han identificado tres estrategias que pueden ayudar a tener una vida más larga y saludable:

-Realizar ejercicio físico con regularidad.

-Mantener dietas cardiosaludables, ingiriendo menos calorías.

-Continuar intelectualmente activos y evitar el apagón emocional.

Estas tres estrategias mencionadas exigen un cambio del estilo de vida para la mayoría de las personas, que vale la pena.

El ejercicio tiene muchos beneficios para la salud, mejorar y mantener la capacidad de funcionar, mantener un peso adecuado y ayudar a prevenir o retrasar enfermedades como la cardiopatía isquémica, hipercolesterolemia y la diabetes.

Los que siguen una dieta baja en grasas que incluye muchas frutas y verduras probablemente estén más sanos que los que ingieren más grasas y almidón.

La restricción calórica esta demostrado que reduce la producción de radicales libres, sustancias que dañan las células del organismo humano y contribuyen al envejecimiento acelerado y a la aparición de enfermedades como el cáncer y las coronariopatías entre otras.

Las sustancias denominadas antioxidantes pueden neutralizar los radicales libres y ayudar así a prevenir el daño celular.

Las vitaminas C y E son antioxidantes, por eso muchas personas lo ingieren habitualmente como suplemento con la esperanza de enlentecer el envejecimiento entre los que se incluyen los betacarotenos (Una forma de Vitamina A).

Los niveles de algunas hormonas disminuyen con la edad entre las que debemos destacar estrógenos, testosterona, DHEA (dehidroepiandrosterona), hormona humana del crecimiento y melatonina, algunas de estas sustancias si se ingieren como suplementos sin prescripción médica pueden entrañar riesgos para la salud.

Relata la historia que Juan Ponce de León, descubridor y posterior gobernador de la Isla de Puerto Rico escuchó leyendas de los nativos de la isla sobre una tierra situada al norte en la que se encontraban extraños manantiales que concedían la juventud eterna, conocida entre ellos como la fuente de la juventud e insatisfecho con la riqueza material que había obtenido emprendió una expedición en 1513 para localizarla y así descubrió el estado de la Florida.

Durante toda su historia el ser humano ha respondido a los retos que el envejecimiento impone tratando de encontrar de alguna u otra manera la “fuente de la eterna juventud” que alargue el periodo de vigor y de salud mientras los investigadores tratan de encontrar formas eficaces de frenar o revertir el proceso de envejecimiento por diversas vías.

¿Cuándo comienza la vejez?

El limite tradicional de los 65 años utilizado durante muchos años no tiene fundamentos biológicos, son cada vez más las personas que se mantienen activas y vigorosas incluso a edades más avanzadas, con grandes diferencias individuales incluso entre miembros de una misma familia contrastando con otras que ya a los 40 años están enfermas e inactivas.

La razón de la elección de los 65 años como límite es histórica ya que se determinó en Alemania como edad de jubilación que fue la primera nación que estableció un plan de jubilación.

En 1889 el canciller de Alemania Bismarck escogió la edad de jubilación a los 70 años, pero la esperanza de vida era mucho menor que ahora y en 1916 se rebajó a 65 años.

¿Cuándo se puede determinar que una persona llega a la vejez?

La primera consideración es que la edad cronológica se basa únicamente en el paso del tiempo, es la edad de una persona expresada en años, sin más.

Esta edad cronológica tiene un escaso sentido en temimos de salud sin embargo se emplea en el terreno legal y económico, además de utilizarse para establecer la idoneidad de ciertos programas para adultos mayores.

La edad biológica se refiere a las modificaciones que experimenta el organismo y que se presentan generalmente con la edad avanzada.

La visión y el oído empeoran fisiológicamente con el paso de los años, pero estos cambios afectan a unas personas más que a otras, algunas son biológicamente viejos a los 50 años y otros son jóvenes a los 70 y más.

La edad psicológica se basa en cómo se comportan y se sienten las personas, por ejemplo, un octogenario que trabaja, hace proyectos, tiene ilusiones para acontecimientos futuros y participa en actividades es considerado joven psicológicamente, a estas personas se les puede calificar como jóvenes de espíritu, que afortunadamente hay cada vez más en nuestro medio.

Por envejecimiento habitual se entiende lo que les ocurre a la mayoría de las personas que van cumpliendo años, incluyendo las enfermedades que son comunes en las personas mayores.

El envejecimiento habitual no implica necesariamente que las modificaciones sean inevitables o deseables.

Los cambios de reciente comienzo que limiten la función y la calidad de vida deben ser evaluados por su médico, nunca relacionarlos con el envejecimiento sin más debido a que pueden ser los primeros síntomas de una enfermedad no conocida y tratable.

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