A prisión acusado de quemar viva a su expareja en La Laguna
El juez envía a la cárcel a Juan Carlos B.C. por asesinato con alevosía y ensañamiento. Quiso ocultar el crimen con un accidente de tráfico. El hallazgo de acelerantes fue clave para la investigación
Canarias7 / Santa Cruz de Tenerife
Viernes, 5 de abril 2019, 09:55
El Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna decretó ayer el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de Juan Carlos A.B., de 53 años, como el presunto autor del asesinato con alevosía y ensañamiento de María Soledad Bobet el pasado 16 de enero, cuando, según las pesquisas policiales, la roció con gasolina y le prendió fuego mientras ambos iban en el coche que ella conducía. La autoridad judicial añade a los cargos el agravante de relación de afectividad con la víctima, daños por el incendio y maltrato animal, porque en el coche también murió calcinado el perro de Soledad.
La mujer murió en el incendio del vehículo en un camino de La Laguna tras colisionar con un poste eléctrico. Cuando los bomberos lograron excarcelar su cuerpo aún tenía el cinturón de seguridad puesto.
El asesinato de Soledad Bobet se consideró inicialmente como un accidente de tráfico, pero las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Nacional del Grupo de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de La Laguna, reportaron un «considerable aporte de pruebas» que llevaron a la detención de Juan Carlos A.B.
El uso de acelerantes del fuego, según especificó ayer el jefe superior de la Policía Nacional en Canarias, José María Moreno, fue un aspecto clave para probar que la muerte de la mujer fue asesinada y que no murió como consecuencia del accidente. «Los expertos consiguieron sacar unas pruebas en las que se encontraron acelerantes para que ese hecho se pudiera determinar como un hecho criminal», relató Moreno durante el minuto de silencio por el asesinato de Soledad. Para la resolución del caso se desplazaron a Tenerife efectivos especialistas de la Comisaría General de Policía Científica de Madrid.
La Policía Nacional no pudo verificar que el presunto asesino intentase auxiliar a su víctima, pero sí que abandonó el coche ardiendo para dirigirse a su casa donde, nada más entrar, se desmayo. Ya de madrugada (el fuego se registró sobre las cuatro de la tarde) se despertó y pidió ayuda desde su móvil a su hermano, que lo llevó un hospital, donde estuvo ingresado por las graves quemaduras que presentaba hasta hace unas semanas.
El juzgado de La Laguna se ha inhibido a favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de La Orotava, porque Soledad era vecina de Santa Úrsula.
