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Los aparatos eléctricos y electrónicos desechados no son un residuo, son un recurso

Los aparatos eléctricos y electrónicos desechados no son un residuo, son un recurso

El director general de EWASTE analiza la importancia de contar con un sistema de economía circular en las Islas Canarias, que permita hacer industria a la inversa, reutilizando productos para la extracción de materias primas y respetando los recursos naturales del planeta. Esta es la motivación que encontraron a la hora de constituirse en Tenerife, y de manera pionera en el archipiélago, en el año 2006.

A.L.H. / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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— EWASTE ha puesto en marcha y explota la primera planta de tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de Canarias. ¿Se puede hablar de ‘Elaborado en Canarias’ en el sector del reciclaje?

— Sí, por supuesto. En mi opinión, que sea una empresa de reciclaje no significa que no esté elaborado en Canarias ya que, como cualquier otra industria, hacemos producción a la inversa. Nosotros le devolvemos la vida útil a aparatos que están en nuestros hogares y que han dejado de servirnos para su objetivo primero pero que, sin embargo, siguen siendo útiles. Además, generamos riqueza, trabajo y un impacto medioambiental positivo. Digamos que nuestro proceso productivo es el contrario al comúnmente elaborado en Canarias, puesto que generamos materias primas a partir de recursos ya existentes.

— La empresa, que trata hasta 100 distintos tipos de aparatos, está considerada la más moderna y avanzada de Europa. ¿Qué porcentaje de descontaminación se consigue en este proceso?

— Efectivamente, con EWASTE nos hemos posicionado a nivel europeo, alcanzando un porcentaje de descontaminación del 99,8% de los gases de efecto invernadero. Además, hemos conseguido asentarnos en un sector emergente, ofreciendo un servicio innovador que consigue descontaminar y reciclar la totalidad de los residuos de este tipo, gracias a nuestra alta tecnificación.

— ¿Había ya empresas dedicadas a este sector en las Islas?

— No, EWASTE es la primera planta de tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de Canarias. Es cierto que existen algunas empresas que tratan algunos tipos de aparatos pero no todos, como hacemos nosotros. De hecho, cabe resaltar que tenemos acuerdos con otras empresas para darles servicios en la parte que ellos no trabajan. La idea es conseguir una cadena de valor potente, con una masa crítica que también lo sea para mantener una industria de reciclaje en las islas, teniendo en cuenta que es algo complicado por la fragmentación del territorio y la lejanía.

— Dentro de los objetivos de EWASTE, ¿qué importancia tiene la recuperación de materias primas?

— Absolutamente toda. Es nuestra razón. En EWASTE nuestra línea de actividad tiene dos funciones, por un lado, el correcto tratamiento de los residuos para disminuir el impacto medioambiental y, por otro, recuperar todos esos materiales que son valiosos, contando con un alto nivel de pureza según los últimos y rigurosos estándares europeos. Además, esto nos permite no esquilmar recursos al planeta. Ahora mismo, este es uno de los aspectos en los que más se está trabajando en toda Europa, con la reutilización de objetos, puesto que la importancia de reciclar es indudable, pero reutilizar también es primordial.

— ¿Cómo afectan los principios de la economía circular a la economía de una zona como Canarias?

— Los principios de la economía circular son fundamentales pero, no solo en Canarias, sino en todo el mundo. Los últimos estudios han demostrado que si no se produce un cambio en los hábitos de consumo, para el año 2050 se habrá acabado con los recursos naturales, por lo que es inevitable que se diga adiós al modelo lineal de usar y tirar. Pero, en Canarias si cabe es todavía más importante, porque somos un territorio fragmentado y alejado, con recursos limitados que se nos acaban. Para una sociedad sostenible es fundamental apostar por la economía circular, y en ello trabajamos en EWASTE.

— La empresa ha llevado a cabo gracias a los fondos FEDER dos proyectos de recuperación de residuos electrónicos. ¿En qué ha consistido el primero de ellos?

— El primer proyecto tiene como objetivo la valorización del residuo de espuma de poliuretano (PUR) que surge del reciclaje de aparatos frigoríficos, para ello se realizaron dos estudios diferentes en colaboración con la Universidad de la Laguna. El primero sobre la viabilidad del uso de residuos de espumas de poliuretano como aditivo a la combustión en calderas de biomasa y otras alternativas, y el segundo sobre la valorización del uso de residuos de poliuretano procedente de RAEE como sustituto de árido en morteros y hormigones ligeros. El objetivo de los estudios es conseguir un material ya reciclado que se pueda usar en otras industrias, bien como absorbente, o como material para incorporar a elementos constructivos.

— ¿Y el segundo?

— El segundo está orientado a I+D+i y tiene como fin diseñar un nuevo procedimiento que permita el tratamiento y la descontaminación de termos eléctricos, actividad que actualmente no desarrollan otras plantas de reciclaje en España por las dificultades para su descontaminación, al ser muy complicado separar las espumas de poliuretano del calderín de los termos. Este proyecto, pionero en España, ha consistido en el estudio, análisis y realización de las pruebas experimentales necesarias para obtener un proceso de tratamiento y descontaminación de los termos eléctricos, cerrando de este modo el ciclo de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.

— ¿Cómo es el trabajo diario en la planta? ¿Qué tipos de residuos reciben y cómo es la línea de tratamiento de los mismos?

— Pues trabajamos con cinco líneas de tratamiento de residuos según el producto, así pues esto serían: los aparatos eléctricos y electrónicos con gases refrigerantes; los pequeños aparatos eléctricos y electrónicos; los televisores y monitores; los grandes electrodomésticos y los equipos informáticos. Aunque cada proceso es diferente, casi todos comparten el trabajo manual de separación de piezas y clasificación manual de las mismas y la trituración de los residuos, una vez separadas las materias primas.

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