Borrar
Vacuna pionera contra el picudo en Lanzarote

Vacuna pionera contra el picudo en Lanzarote

El Cabildo de Lanzarote ha implantado una vacuna contra la diocalandra frumenti, un insecto más dañino que el picudo rojo que puede llegar a vivir doce años en la palmera. Los primeros trabajos se están haciendo en la localidad de Arrieta, en el municipio norteño de Haría, y se continuará en Charco del Palo y Mala.

María José Rubio / Arrieta (Haría)

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote, Marco Bergaz, Marco Díaz-Bertrana, técnico ambiental y su equipo estuvieron este jueves en Arrieta (Haría) presentando un nuevo experimento de vacunas para el control y eliminación de la diocalandra frumenti, un insecto que daña a la palmera canaria.

Este picudo de unos ocho milímetros de longitud ataca volando entre las palmeras, instalándose en la savia, produciendo enfermedades e incluso la muerte del árbol. Se tiene constancia de que apareció en 1998 en Gran Canaria y está afectando a todas las islas menos a El Hierro.

Con este experimento, del que es pionero el Cabildo de Lanzarote, se logra una mejor absorción del producto a través de una inyección que la savia de la palmera asimila y lleva por todos los rincones afectados. «La técnica llamada endoterapia no es agresiva, es mucho mejor que los insecticidas que se utilizaban antes y que no absorbían ni el 80% del producto. Además es una sustancia autorizada por el Ministerio y más ecológica», señala Díaz- Bertrana. Su aplicación es fácil. Con sólo seis pinchazos, la palmera erradica este picudo que, anteriormente, también se eliminaba con un taladro con el que se agujereaba la palmera y, al no poder cicatrizar ese hueco, «le entraban otros patógenos», aclara Díaz- Bertrana. «Las palmeras están dañadas cuando observamos unos pequeños orificios y al cortar los troncos aparecen las larvas. La diocalandra es más dañina, ya que es un insecto más sigiloso, sus efectos son más tardíos y se puede mantener vivo unos doce años, mientras que el que el conocido picudo rojo es más sibarita y dura menos años en la palmera», recalca.

El problema que se está planteando es la dificultad de acabar con la diocalandra adulta, ya que el experimento sólo mata a la larva. «Se tiene previsto hacer un sistema de alerta temprana para su control, a través del monitoreo», avanzó el técnico. Un total de 600 palmeras con un tronco de 1,5 metros de alto van a ser vacunadas en las localidades norteñas de Arrieta, Mala y Charco del Palo. Dichas actuaciones van encaminadas a proteger el palmeral canario, «concienciar de no manejar las hojas uno mismo, sino llevarlas al vertedero y no usarlas para temas de artesanía, podarlas con herramientas siempre desinfectadas y hacerlo con autorización del Cabildo o el Ayuntamiento pertinente», explicó el técnico ambiental. Se puede consultar la web www.picudorojocanarias.es.

Por otra parte, desde el Cabildo se ha destinado una partida de 100.00 euros, para contratar una cuadrilla de cuatro peones y un capataz durante seis meses «para realizar labores de poda de palmeras, conservación y eliminación de restos vegetales», indicó el consejero de Medio Ambiente, Marco Bergaz.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios