La mejora del muelle de Playa Blanca depende de un informe
Los trabajos físicos destinados a mejorar el muelle de Playa Blanca, ampliación en su momento adjudicada por 39,3 millones de euros, están a expensas de que se complete un informe sobre consecuencias en el entorno. Se espera que pueda estar antes de fin de año.
José Ramón Sánchez López y José R. Sánchez / Arrecife
Lunes, 30 de octubre 2017, 09:00
En concreto, según fuentes oficiales y empresariales, se depende de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, así como del refrendo estatal. Se confía en que el informe pueda estar validado en semanas, para así quedar por fin facultadas las empresas concesionarias de la ampliación a actuar sobre la lámina de agua, según dijeron las mismas fuentes.
Las obras en tierra, a cambio, sí que se están desarrollando, si bien apenas sobre el mismo espacio de la actuación. Se está trabajando en la fabricación de los dados que deberán quedar colocados para conformar el nuevo dique. Así, se está avanzando de cara que el ritmo de las obras pueda ser alto en los primeros nuevos meses de 2018. Cabe considerar en este sentido que el 30 de septiembre de 2018 deberá justificarse ante la Unión Europea (UE) una inversión hecha de entre 12 y 20 millones de euros.
Cabe apreciar que la actuación va con retraso con respecto a los planes iniciales ideados por el Gobierno de Canarias, por diferentes circunstancias. Fue a finales de octubre de 2016 cuando se firmó el contrato definitivo por el que la Consejería de Obras Públicas y Transportes del Gobierno canario facultó a FCC/Mosquera Carrasco a ejecutar la ampliación, si bien hubo que esperar hasta junio para el acta de replanteo. La iniciativa se adjudicó a finales de 2015, si bien un recurso obligó a paralizar trámites durante meses, hasta el otoño del pasado ejercicio.
El proyecto, vistas 26 propuestas, contempla una dársena exterior al recinto actual con capacidad para los dos barcos de viajeros y, eventualmente, para un crucero medio, dejando la dársena interior para uso deportivo y pesquero. Con esta solución, la ocupación de un nuevo espacio en la costa se minimizará. Supondrá ganar 75.000 metros cuadrados de superficie, en zona de dominio público marítimo terrestre (nueva lámina de agua abrigada de 38.000 y 37.000 en tierra). La capacidad final de embarcaciones de recreo y deportivas será de 166 atraques, frente a 129 actuales. Se repartirán entre 17 amarres pesqueros, 145 amarres deportivos y 4 turísticos.