El Museo Atlántico «recuperará» el sebadal arrasado en la obra del puerto
Los CACT inician un proyecto «de sostenibilidad del medio marino», en los mismos fondos donde en 1999 se destruyó la colonia de ‘Cymodocea’ con amplia contestación científica y social
Lourdes Bermejo y Yaiza
Viernes, 15 de junio 2018, 10:10
Las innumerables quejas, denuncias y llamadas de alerta de la comunidad científica a finales de los 90, durante la construcción del puerto deportivo Marina Rubicón, en Playa Blanca, se han visto, casi veinte años después, resarcidas. En la misma costa que fue devastada, los responsables del Museo Atlántico anuncian la puesta en marcha de un proyecto de conservación y restauración de praderas de Cymodocea Nodosa. Esta planta acuática, un sebadal de enorme importancia para conservar el equilibrio biológico en el medio ambiente marino, estaba ya presente en los fondos de Berrugo, y de hecho los movimientos ciudadanos y ecologistas de finales de los 90 y principios de la década de los 2000 denunciaron, entre otras muchos incumplimientos, ante el TSJC la afección de la colonia, planta recogida en el catálogo de especies protegidas de Canarias. La jueza consideró entonces que no había delito medioambiental, desoyendo la opinión de los catedráticos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y fijándose en los argumentos esgrimidos en el informe que encargó al respecto la promotora del puerto.
Casi dos décadas después, los Centros de Arte Cultura y Turismo anuncian que convertirán el Museo Atlántico, incluido en la red de Centros, en un «gran laboratorio natural para el estudio del ecosistema marino-costero» a través de un proyecto experimental de «conservación y restauración» de praderas de Cymodocea Nodosa en el entorno del Museo, que contempla la obtención de esquejes de esta planta y su replantación en el conjunto escultórico. Además, también se pondrá en marcha un programa de sensorización del Museo Atlántico con el que se pretende medir distintas variables que ayuden a valorar el impacto de la acción humana sobre el medio marino. Las responsables de ambos proyectos, Pilar García y Dolores Gelado, doctoras de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, fueron las responsables de dar a conocer los detalles más relevantes de ambos proyectos durante el encuentro EOMA (Empresa operadora del Museo Atlántico), celebrado hace unos días. Las iniciativas se está sirviendo de la ciencia ciudadana, «un nuevo concepto científico que apuesta por la contribución de las personas con su esfuerzo intelectual, sus conocimientos, sus herramientas y recursos», de manera que los propios guías y centros de buceo están colaborando en el proceso de observación, captación y trasplante de esquejes. Por su parte, el programa de sensorización y observación marina pretende medir variables que contribuirán a «valorar el impacto de la acción del hombre sobre los océanos», explica el consejero de los CACT, Echedey Eugenio, que valora estos proyectos como «vectores para la proyección social de valores asociados a la sostenibilidad del medio marino».