El Bereber, bar sin fútbol en el Mundial
Ben Hammouda obra hace tres años el milagro de abrir su local de Playa Honda con una amplísima oferta cultural, de la que el fútbol es ajeno. «Hay la misma clientela los días de partido», dice
Lourdes Bermejo y San Bartolomé
Domingo, 8 de julio 2018, 10:40
Un pequeño oasis cultural anida en la noche de Playa Honda (San Bartolomé), donde el empresario Ben Hammouda, propietario del bar El Bereber, programa cada día de la semana y desde hace tres años una experiencia cultural que pasa por tertulia de inglés los lunes, francés y teatro los miércoles, proyecciones de cortos en v.o. los jueves, bola canaria y petanca los viernes, veladas literarias los sábados y programa propio en Monster Radio (93.3 FM) llamado Il paese di Bengodi, que se emite de 19.00 a 21.00 horas. Hasta el día de descanso, los martes, Ben organiza jam sessions (improvisaciones musicales en directo) en otros rincones de la isla. Estas sesiones bautizadas como Mozica01 persiguen «promover y presentar eventos y espectáculos donde música, danza, teatro, poesía y otras formas de arte se entrelacen y den forma a las diversas manifestaciones de carácter público o privado». Ya se han celebrado sesiones en La Recova de Arrecife, el bar Platoo de Matagorda o en la plaza de Santa Elena de Playa Honda.
Haciendo honor al lema de El Bereber bar sin fútbol, Ben se mantiene firme en evitar que la pantalla gigante emita los partidos, incluso en plenos Mundiales, y propone cualquier otro tipo de espectáculo o deporte, como las bolas o el ajedrez. Así, el local cuenta con un equipo federado que compite. Reconoce que no está siendo fácil sobrevivir con esta apuesta, «aunque he de decir que los días de partido no noto absolutamente ninguna diferencia en la clientela», asegura. «De hecho, durante los Mundiales hay la misma animación en el resto de bares que aquí, aunque con programación diferente». La actividad del empresario de origen tunecino es realmente frenética. Se siente especialmente orgulloso del festival itinerante de poesía y música, en el que colabora el artista Duende Josele, y que ha celebrado tres ediciones. También han pasado incontables actores y grupos teatrales por el pequeño escenario del local, una actividad que coordina el director y formador de actores Daniel Orellana. Suelen seleccionarse piezas de pequeño formato, al estilo de microteatro por dinero o cabaret, que cuentan con una legión de seguidores los miércoles. Otras actuaciones se enmarcan en programas como En voz baja, whispering (susurrando), con cantautores «que no pueden sobrepasar los 55 decibelios, lo que nos permite el Ayuntamiento, de manera que cuando el medidor avisa, el público chista al artista para que baje la potencia», explica Ben; o las proyecciones Diario de Viaje, con presencia de sus protagonistas que muestran sus fotografías
Hammouda es también productor de instrumentos e incluso ha diseñado una darbuka (instrumento de percusión de la familia de los membranófonos) con un cuerpo de la especial arcilla el Cabo Bon (Túnez), que contiene moléculas de hierro que le transmiten su sonido metálico al tambor, y superficie de piel de cabra. Durante sus años pasados en Italia, de donde procede su pareja, Federica Rubino, Ben trabajó para una de las mayores distribuidoras de instrumentos del país y patentó su darbuka, que cuenta con varias adaptaciones, también para niños.
El Bereber prepara una celebración por su tercer aniversario, que se cumple este mes de julio, y prevé invitar a todos los artistas que han pasado por el local a subir nuevamente al escenario. Se espera que el público «de perfiles tan diversos como lo es la propia Playa Honda» acuda a la cita, como lo viene haciendo desde que el bar sin fútbol abrió sus puertas.