Cada vez más cazadores temen por la supervivencia del conejo
Muchos cazadores de la isla están lanzando la voz de alarma sobre el riesgo claro que se cierne sobre el conejo, acosado por el mal de la hemorragia vírica, al que se añade una temporada de caza larga, y un posible exceso de cazadores; además incrementado por los muchos que llegan de otras islas.
Carlos Sixto De Inza Serrano y C. de Inza / Arrecife
Viernes, 29 de septiembre 2017, 18:31
Son cada día más los cazadores de la isla, amantes de la naturaleza y comprometidos con el campo, quienes están lanzando la voz de alarma sobre la posibilidad real de que el conejo pueda acabar desapareciendo, si no se toman medidas. Para muchos cazadores consultados durante estos últimos días, ya el año pasado fue complicado para la especie, especialmente castigada por la aparición años atrás de una nueva cepa de la enfermedad de la hemorragia vírica, que causó muchas bajas.
A ello se unió un mal año de lluvias y otros factores externos, que dejaron el campo con pocos ejemplares y muchas dificultades para que los conejos pudieran recuperarse mínimamente. Pero si ya el pasado ejercicio fue nocivo, el presente está siendo incluso peor, por las mismas circunstancias; pero con el añadido de que se ha fijado una temporada larga y además este año se cuenta con muchos cazadores que vienen de otras islas. La Sociedad de Cazadores de Lanzarote los cifra en un centenar, si bien otros cazadores consultados sitúan el número de cazadores que vienen de fuera en al menos 200 o más. A ellos hay que añadir el censo oficial insular, que se eleva a 1.436.
Este año se fijó una veda larga, que se abrió el 6 de agosto y que se cerrará el 12 de noviembre. En total, 24 días hábiles, sumados jueves y domingo de cada semana. Para algunos una temporada demasiado larga para la difícil situación que atraviesa el conejo. Para otros, como la Sociedad de Cazadores, existe control, y lo más importante es que el cazador actúe de forma responsable, respetando los cupos fijados, con 4 conejos por cazador y día; y 4 perdices.
Sin embargo, muchos cazadores opinan que habría que cerrar la caza de conejos, dejar de cazar y habilitar campos de entrenamiento para que los perros salgan a correr y a entrenar. Es decir, implantar la caza sin muerte, al menos hasta que el conejo se recupere de la presión que viene sufriendo los últimos años. Con la perdiz, la presión también es alta, aunque no tanto como pasa con el conejo.
