28 jorobados de paseo por Timanfaya
Los camelleros de Uga recuperan la actividad en Las Montañas del Fuego, con amplias medidas de seguridad sanitaria
Como aconteciera con la casi práctica totalidad de negocios relacionados directamente con el turismo, durante buena parte de marzo, así como en abril, mayo y junio se paralizó por completo la actividad en el echadero de camellos del Parque Nacional de Timanfaya. Sin visitantes, los camelleros de Uga, aglutinados a través de 27 actividades empresariales y con más de 350 dromedarios en sus cuadras, se vieron obligados a ingeniárselas para cuidar de los animales; con la esperanza de que llegara el día en que poder recuperar los famosos paseos junto a Las Montañas del Fuego.
El 1 de julio fue justo esa anhelada fecha, si bien con números muy modestos, puesto que en esa jornada, así como en los días inmediatamente posteriores, los camelleros se debieron conformar con llevar solamente 14 cabezas para el disfrute de los visitantes. La suma diaria de jorobados se ha doblado esta semana, en buena medida gracias a que ya se están dando algunos servicios a operadores que organizan excursiones turísticas. Y existen intenciones de subir la cota de 28 dromedarios por fecha muy a corto plazo, según previsión de Chalo Viñoly, portavoz del colectivo. Eso sí, a sabiendas de que incluso de que en las fechas más intensas de este verano se andará lejos de los números habituales hasta paralizarse media humanidad por el covid-19.
El echadero de camellos cuenta con capacidad para 180 cabezas a la vez. Cierto es que no siempre se ocupa de manera íntegra, pero igual de cierto es que en muchas fechas, incluso en los primeros meses de este año, cada día se contó con 130 animales para pasear y disfrutar el hermoso paisaje de Timanfaya.
Cabe destacar que esta singular oferta en Las Montañas del Fuego, similar a la que ya se daba en 1956, cuenta con máximas garantías sanitarias. Para acceder a cualquiera de las cordadas se ha establecido un punto único de entrada, quedando la zona de salida a más de una decena de metros, para mantener distancias entre los usuarios. En lo que al personal se refiere, un cuidador por cada 7 jorobados, entre otros, trabaja con mascarillas y haciendo uso generoso de gel hidroalcohólico, que también se ofrece en igual proporción a los clientes. También hay medidas de separación en la zona dedicada al estacionamiento de coches y guaguas.
Para que todo vaya rodado, desde el primer día, durante las últimas semanas de junio fueron habituales los traslados desde Uga hasta el echadero y el regreso a casa, con trabajos en el lugar donde se ofrecen los pintorescos paseos. Hubo colaboración del Ayuntamiento de Yaiza a la hora de perfilar todo lo necesario para estar el 1 de julio en condiciones de pasar revista, como así fue.
Ayudó que los camelleros actuaron «con mucho ingenio», en versión de Chalo Viñoly, en los días de obligado confinamiento, logrando con ello que la cabaña camellar pudiera ejercitarse, para estar disponible en cuanto se recuperara la actividad. Eso sí, viéndose muchos de ellos a tirar de ahorros para mantenerse.
El esfuerzo económico hecho explica en muy buena medida que por parte municipal se hayan iniciado gestiones para que el Patronato del Parque Nacional de Timanfaya apruebe una revisión de las tarifas en uso, vigentes desde casi comienzos de siglo. Dos personas puede pasear a lomos de un jorobado, en cualquier día de la semana entre las 9.00 y las 16.00 horas, por 12 euros. Los camelleros confían en ir subiendo gradualmente las tarifas. La aspiración final, 18 euros.