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Casi dos meses viviendo en su coche teniendo esquizofrenia

Casi dos meses viviendo en su coche teniendo esquizofrenia

«Su padre lo echó de casa y no tiene un techo para dormir», explica un vecino que, además, siendo amigo del sujeto, conoce bien el caso. «Necesitamos que haya una solución ya», exige.

Jueves, 1 de enero 1970

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kevin fontecha pérez / telde

Los vecinos de la calle Pío Baroja miran cada noche con asombro y con cierto grado de estupefacción el volkswagen blanco donde, desde hace ya un mes y tres semanas, vive un individuo que padece de esquizofrenia. Y es que, a sus 46 años, su padre lo echó de casa y, como bien ha podido saber este periódico, se niega a hacerse cargo de su hijo, pese a tener problemas psíquicos.

«Su padre se desentendió de él y no quiere saber nada», explica uno de sus amigos, pidiendo expresamente que no se revelen sus datos. Con todo y, como revela la fuente, «se peleó con su hermano y no tiene dónde quedarse». «Es un tipo tranquilo, su único problema es que tiene una enfermedad mental», relata. «No está comiendo, lleva cuatro días sin hacerlo, y no se está tomando la medicación. El padre está cobrando una paga y a veces ni se la da», advierte.

«Yo nunca he vivido estas cosas, pero mi miedo es que, como no se está medicando, mate a alguien mientras conduce», avisa su amigo. «Entre los vecinos intentamos tenerlo controlado, pero necesitamos que alguien haga algo porque sus hermanos tampoco quieren hacerse cargo de él», comenta.

«Si hace algo, ¿qué va a pasar? Luego vendrán los arrepentimientos... Él tiene una mentalidad de un niño de 15 años», aclara, pidiendo ayuda a los servicios sociales. «Necesitamos una solución ya», expresa con hastío y bastante resignación. «Nosotros intentamos que siempre esté ocupado, pero come muy de vez en cuando y no se ducha todos los días. Sus condiciones no son normales y necesitamos que alguien ponga remedio a esta situación porque esto no es normal», dice.

servicios sociales. Mientras tanto, en Pío Baroja ya esperan con ansia que los Servicios Sociales actúen y encuentren una solución cuanto antes. «En casos así, y sin entrar a sujetos particulares, lo normal es que vaya un trabajador social para orientarlo y ofrecerle ayuda, mientras se examina si tiene algún tipo de trastorno. Lo normal es que estos sujetos rechacen la ayuda. La policía acompañaría al trabajador y pedirá la documentación para saber qué hacer», explica el concejal Diego Ojeda.

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