Devoción y calor en la fiesta del Apóstol
San Bartolomé de Tirajana celebró la festividad de Santiago Apóstol en una jornada con altas temperaturas, lo cual no impidió que se llevara a cabo como es tradicional la acostumbrada procesión por las calles de Tunte. Participó del acto la nueva Corporación municipal al completo. No hubo voladores por el riesgo de incendios.
Gabriel Súarez y Gabriel Suárez / Maspalomas
Jueves, 25 de julio 2019, 21:08
Tunte y la festividad de Santiago Apóstol no se conciben sin sol ni calor, y esta vez no fue la excepción. Cuando la figura ecuestre del Apóstol salió por la puerta del templo de San Bartolomé, para su tradicional procesión por las calles de la Villa, pasadas las 13.30 horas, el termómetro de mercurio instalado en la puerta de la vivienda de Manuel López ya rozaba los 33 grados centígrados. «Es que sin este calor y sol, no sería el día de Santiago», subrayaba el antiguo barbero acompañando con silenciosa devoción a la imagen del santo, mientras de algunos balcones llovían pétalos de flores multicolores.
Vecinos, antiguos residentes llegados de distintos puntos de la isla, contados peregrinos, la Corporación municipal al completo, presidida por la alcaldesa Concepción Narváez, y autoridades invitadas, entre ellas la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, compartieron ayer del día grande del patrono del municipio tirajanero, una festividad que año tras año va perdiendo público e interés entre la población, sobre todo desde que perdió el carácter de festivo en todo España.
Unas trescientas personas asistieron a la celebración de la eucaristía concelebrada por un total de siete religiosos y presidida por el joven sacerdote Aday Josué García Jiménez, quien en su extensa homilía comenzó reconociendo el valor de la fe de Santiago y de los apóstoles. Destacó que la memoria del santo «no es una reliquia del pasado, que ha permanecido guardada y huele a viejo, a rancio», sino motivo de veneración continua y actual.
Homilía. El cura, tras reconocer a los fieles que estaban en un día cargado de sentimientos, de fiesta y de alegría, porque se produce el encuentro en las calles de muchos vecinos que vuelven a su pueblo a encontrarse con sus raíces, con sus familias y con su historia viva, destacó que la celebración también «es una oportunidad para revitalizar la fe cristiana y caminar hacia el futuro con firmeza y decisión», indicó.
Y concluyó recurriendo al formato periodístico para resumir el valor de la madre del Apóstol. «Cuando pregunten de qué hablo el cura en la homilía, el titular sería el siguiente: una madre sin complejos pidió un puesto para sus hijos y el Señor le dio su reino», afirmó.
Tras la eucaristía, se inició la procesión con la imagen del Apóstol por las calles Reyes Católicos, Tamarán y Santiago Cazorla, mientras la Banda de Agaete interpretaba el himno de España. En ese momento se sucedieron los vivas al santo y algunos, no pudieron contener su emoción. Por temor a incendios se prohibió el uso de voladores al inicio y final del recorrido.