Antes de abrir el tramo del risco de Mogán piden la máxima seguridad

El presidente de la Asociación de Profesionales, Empresarios y Propietarios (Apep) de Mogán, Carmelo Suárez, que se retiró de la escena pública tras encabezar las reivindicaciones por las obras de la autopista Arguineguín-Puerto Rico y luego en el tramo Puerto Rico-Mogán, expresó ayer su preocupación por el desprendimiento registrado en la carretera GC-500, que hirió a dos personas, que salvaron su vida milagrosamente, y pidió al Cabildo de Gran Canaria, competente en este tramo de vía, las obras necesarias para el saneamiento del risco y que solo se vuelva a abrir al tráfico «cuando haya máxima seguridad» para todos los usuarios.

Carmelo Suárez, que protagonizó numerosas protestas por la peligrosidad de este tramo de vía hace unos siete años e impulsó la elaboración de un completo informe sobre las grietas que afectan a la ladera, manifestó ayer que retoma esta reivindicación «porque no es posible que la institución principal de la isla con su inacción esté poniendo en riesgo la vida de las personas; desde ya exijo responsabilidad al Cabildo, que lo que me prometieron hace siete años siendo consejero de Obras Públicas el popular Carlos Sánchez, se haga de una vez y dejen de jugar con la vida de las personas», afirmó.

Suárez plantea ahora, tal como lo hizo en su momento, «que se proceda al derribo de los salientes rocosos que asoman como viseras entre el kilómetro 43 y 44 de la carretera GC-500, y que al mismo se elimine la mayor parte de los materiales sueltos que se hallan en la cubierta de la ladera, a unos 70 metros de altura, como única forma de dar seguridad; si no cumplen con esto, entonces que no se abra la vía porque tendremos que lamentar desgracias personales», afirmó.

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