La vida del angelote en Sardina se monitorizará durante 4 años
Conocer mejor los patrones de movimiento, residencia y uso del hábitat del tiburón angelote en la bahía de Sardina, en Gáldar, son los objetivos del proyecto de investigación para el que la Asociación Canaria para la Investigación y Conservación de los Elasmobranquios ha pedido autorización a Costas.
La Demarcación de Costas en Canarias somete estos días a información pública la solicitud de un grupo naturalista para investigar los hábitos de una especie de tiburón, el angelote, en las aguas de la bahía de la playa norteña de Sardina, uno de los santuarios de esta especie en el archipiélago.
La propuesta presentada por la Asociación Canaria para la Investigación y Conservación de los Elasmobranquios (ElasmoCan) pide autorización para ocupar dominio público marítimo-terrestre en la Zona de Especial Conservación (ZEC) Costa de Sardina, durante un periodo de 48 meses, de cara a instalar una red de telemetría acústica que facilite monitorizar la especie de manera continua.
El objetivo de la organización que apuesta por la conservación del medio marino, en particular de los tiburones y rayas, no es otro que obtener nueva información sobre los patrones de movimiento, de residencia y de uso del hábitat por la especie Squatina squatina.
Para ello ElasmoCan instalará en la bahía de la playa de Gáldar 10 receptores acústicos (hidrófonos), con sus muertos correspondientes, a una profundidad de entre 6 y 50 metros, según figura en el expediente que expone Costas.
Los fondos donde se localizarán los hidrófonos son arenosos o mixtos arenoso-rocosos, es decir, los blanquizales que constituyen el hábitat de esta especie en peligro crítico de extinción. Se fondearán a un mínimo de 150 metros de la orilla y la entidad naturalista solicita que se puedan cambiar de lugar durante el estudio, según los resultados obtenidos, para optimizar así la recepción acústica de la red o abarcar una nueva zona del área demarcada.
Los hidrófonos serán esféricos, con un diámetro máximo de 10 centímetros y una longitud máxima de 70. Se fondearán mediante un cabo, una boya sumergida en un extremo y un muerto en el otro.
