Las multas por aparcar en plazas de discapacitados irán a las ONG
El pleno acordó destinar la recaudación de las multas impuestas a quienes estacionan en plazas de personas de movilidad reducida para los colectivos que luchan por su inclusión.
Una parte de las multas que la Policía Local impone a los conductores que aparcan en las plazas de personas con movilidad reducida se destinará a subvencionar a las asociaciones que luchan por la inclusión de este colectivo.
De acuerdo a los datos aportados por la concejala de Seguridad, Encarna Galván, la ocupación ilegal de las plazas de personas con movilidad reducida provocó el año pasado la imposición de 924 multas por parte de la Policía Local. En lo que va de año, hasta este verano, las sanciones por este motivo alcanzaron ya las 407.
En términos económicos, esto supone unos ingresos importantes que alcanzaron los 103.900 euros en año y medio. De ellos, un total de 42.700 euros corresponden a lo que vamos del presente año.
Ante estos hechos, la concejala del Partido Popular Gloria Marrero propuso al pleno la adopción de un acuerdo por el que se insta al Ayuntamiento a destinar cada año «lo recaudado por las denuncias de la Policía Local por estacionamiento en zonas reservadas para personas con movilidad reducida a subvenciones específicas a las entidades que los representan y trabajan para su inclusión dentro de nuestro término municipal».
La concejala Galván mostró su respaldo a esta propuesta en nombre del grupo de gobierno pero introdujo una enmienda al texto original del PP que fue aprobada por unanimidad. Al final, el acuerdo quedó del siguiente modo: «El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria estudiará el destino de una parte, al menos equivalente a lo recaudado por las denuncias de la Policía Municipal por estacionamiento en zonas reservadas para personas con movilidad reducida, a subvenciones específicas a entidades que las representan y trabajan para su inclusión».
«Costumbres tan normales como respetar los pasos de peatones, los aparcamientos reservados para personas de movilidad reducida o no estacionar ni parar en rebajes o rampas, incluso en las propias aceras, es lo mínimo que se puede esperar de una sociedad cívica y solidaria», detalló Gloria Marrero, «en nuestra ciudad, una iniciativa de este tipo no solo tendría un enorme valor simbólico, sino que además cambiaría a mejorar la actividad de las entidades especializadas en la diversidad funcional mediante la inyección de recursos atípicos, siempre necesarios para su labor».
La edil popular entiende que «con ello se conseguiría un doble objetivo: concienciar a los infractores de respetar esos reservados y, por otro lado, potenciar aún más la labor de estas asociaciones».