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El Ayuntamiento empieza a cobrar la tasa a 525 terrazas

El Ayuntamiento empieza a cobrar la tasa a 525 terrazas

El Ayuntamiento ha comenzado a enviar los primeros recibos para el cobro de la tasa por ocupación de la vía pública con mesas y sillas. Un total de 525 terrazas tendrán que pagar el recuperado tributo, por el que la hacienda municipal ingresará un total de 375.638 euros, según las estimaciones del propio Consistorio.

Jueves, 16 de julio 2020, 20:18

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El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha comenzado a pasar al cobro la tasa por ocupación de la vía pública con mesas y sillas que tienen que pagar los empresarios por montar terrazas en la ciudad. El Consistorio recupera este antiguo tributo que fue suspendido en el año 2010 como una ayuda municipal para que los restaurantes, bares y cafeterías pudieran sortear las dificultades que acarreaba la crisis económica. Desde entonces, los sucesivos gobiernos locales fueron prolongando esta medida, cuya aplicación mantuvo su vigencia hasta diciembre de 2017.

Unas 525 terrazas tendrán que hacer frente ahora al pago de la tasa, que está generando recibos de hasta 5.500 euros anuales. Hay que recordar que la ordenanza establece hasta cuatro apartados diferentes, en función de la categoría, por la que se paga una tarifa que va desde los 1,5 euros por metro cuadrado y mes, hasta los 5,26 euros por metro cuadrado y mes.

El problema que se están encontrando muchos empresarios es que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no les ha informado del mecanismo de fraccionamiento del recibo. «Estamos a favor de que se pongan tasas razonables que puedan ser pagadas en dos o tres veces, pero no con estas tarifas abusivas», criticó el presidente de la asociación de bares, restaurantes, cafeterías y ocio nocturno, que pertenece a la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la provincia de Las Palmas, Fermín Sánchez. De hecho, asegura que con unas tasas de entre 50 y 90 euros al mes por la instalación de las terrazas, «éstas pueden resultar más caras que el propio local».

Sin embargo, fuentes del área de Hacienda explicaron este viernes que los empresarios tienen la posibilidad de acogerse al pago fraccionado de estas tasas si ya tienen una carta de pago aprobada con el resto de los impuestos municipales.

Para los que no tengan esta carta de pago seleccionada, también podrán solicitar el fraccionamiento de la tasa por ocupación de mesas y sillas, aunque en este caso no se beneficiarán del descuento del 5% que sí se reconoce a los contribuyentes con la carta de pago.

En el presupuesto de 2018, el Ayuntamiento calculó que ingresará por la tasa de terrazas unos 245.000 euros. Para ello, tomó como referencia el padrón de 2009 y los 241.672,52 euros de recaudación. Sin embargo, desde el área de Hacienda se especifica ahora que la tasa reportará a las arcas municipales un total de 375.638 euros. En diciembre, el alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, fijó esta cifra en unos 700.000 euros como máximo.

El presidente de la asociación de bares, restaurantes, cafeterías y ocio nocturno, Fermín Sánchez, advirtió de que el nuevo pago obligará a un sobreesfuerzo a los empresarios. «Y hay que tener en cuenta que la mayoría son pequeños empresarios y negocios familiares que luchan por salir adelante», explicó. «Una cosa es regularizar el sector, que nos parece justo, y otra cosa es que nos carguemos la dinamización que representan las terrazas para los habitantes de Las Palmas de Gran Canaria y para el turismo nacional y extranjero», prosiguió, «seguimos siendo un punto importante de dinamización económica y de generación de empleo».

«Algo hay que pagar», reconoció el empresario, «pero no tanto, y menos si finalmente no se nos da la posibilidad de fraccionar, que sí se aplica en otros impuestos como el IRPF». El representante empresarial hizo estas declaraciones cuando aún no se conocía que el Ayuntamiento acaba de dar la instrucción de posibilitar el fraccionamiento en el pago de la tasa.

Los empresarios reconocieron la necesidad de mantener un cierto control sobre las terrazas para asegurar también el derecho al descanso de los vecinos. Pero reclamaron el mismo celo por parte de las autoridades municipales con otros fenómenos con el botellón (que tiene efectos sobre la salud de los menores de edad, la imagen de la ciudad, el espacio público y el propio daño que genera a los negocios establecidos de manera legal) o la venta de productos alimenticios en determinados establecimientos en los que no se garantizan las condiciones higiénico-sanitarias mínimas o una correcta manipulación de los alimentos.

En cambio, destacó el efecto transformador y revitalizador de las terrazas en el paisaje urbano, y puso como ejemplo de ello el que se produjo en la calle Ruiz de Alda, en el entorno de la zona de Mesa y López, tras su peatonalización.

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