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La Cumbre ya despega con Risco Caído

El Cabildo inaugura la réplica de la cueva número 6 del yacimiento de Artenara, que desde hoy podrá ser visitada en el casco. El presidente insular confía en que atraiga visitas y mejora la vida en esta zona de la isla

Jueves, 1 de enero 1970

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La comitiva de cargos públicos aún no había acabado de entrar este viernes, por turnos, a ver la réplica de la cueva número 6 de Risco Caído, en el casco de Artenara, y los trabajadores del centro de interpretación ya no daban abasto para atender las llamadas de interesados en visitarla. La copia gemela, a escala 1:1, milimétrica, de la cavidad más enigmática del yacimiento arqueológico de Risco Caído, que fue inaugurada ayer, ya tira de este pueblo y de la Cumbre. Este fin de semana casi tiene colgado el cartel de lleno y cuenta con reservas para agosto y hasta para septiembre, por lo que empieza a erigirse en el timón de la divulgación de los vestigios prehispánicos de las llamadas Montañas Sagradas de Gran Canaria, que hace un año merecieron, con Risco Caído, la declaración por la Unesco de Paisaje Cultural Patrimonio Mundial de la humanidad.

Su apertura se convierte en un atractivo indudable para el visitante y en un estímulo para la mejora de la economía de esta zona de la isla, tan castigada en el último año, con dos incendios y el cero turístico. Ese fue uno de los objetivos que con su puesta en marcha se marcó el Cabildo, como ayer recordó el presidente de la institución insular, Antonio Morales, en el discurso oficial de la inauguración de este facsímil de la cueva número 6.

«Una pieza central»

Este centro de interpretación «es una de las piezas centrales en el modelo de gestión del Paisaje Cultural» y debe ser también, dijo Morales, «el eje de un cambio en el modelo turístico, transitando hacia uno de mayor valor añadido vinculado a nuestra riqueza natural y cultural que ofrezca experiencias genuinas». Entiende que puede ser punta de lanza de un tipo de turismo que diferencie a la isla y que «contribuya a mejorar las rentas y la calidad de vida de las personas que habitan la Cumbre».

Con ese fin avanzó que será clave la herramienta del Instituto de Risco Caído y la Reserva de la Biosfera, que «implantará un modelo de gestión integral». Supondrá, dijo, «un salto cualitativo sin precedentes para la Cumbre y las medianías altas», un futuro para el que ya ha ido abriendo camino el programa La Cumbre Vive, puesto en marcha tras los incendios y que traerá hasta estos paisajes 13 millones en acciones, ayudas e inversiones. «Esta inauguración viene a completar años de esperanza, de ilusión y de profesionalidad. Tenemos razones para la alegría y para sentir un sano orgullo de ser herederos de este gran territorio», subrayó.

El director de las Montañas Sagradas, el arqueólogo José de León, intervino justo antes para recordar que esta réplica, que también cree que ayudará a reactivar económicamente la Cumbre, tendrá una doble función. «Una, evitar la presión sobre la cueva original y reducir los riesgos de las visitas a Risco Caído, una zona muy inestable, y dos, tener un facsímil que esté a disposición de todo el que lo desee». Jesús Díaz, alcalde de Artenara, fue incluso más explícito. «La réplica está aquí para evitar que la gente vaya abajo y que con las huellas nuestras destrocemos las huellas que nos dejaron nuestros aborígenes».

El radiotelescopio, una ausencia y muchas sillas reservadas

Hacía frío este viernes en Artenara. Y viento. Tanto, que tumbó de un golpe el atril del Cabildo y hubo que improvisar sustituyéndolo sobre la marcha por el municipal del pueblo cumbrero, más modesto, pero igualmente efectivo. Fue, en realidad, la única molestia que causó la mano de Eolo. Por lo demás, hasta se agradeció. Entre que el centro de interpretación tampoco es grande y que la era poscovid obliga a controlar los aforos, el acto de inauguración se celebró fuera y hubiera sido peor atender los discursos bajo una solajera y con mascarillas. Precisamente por los rigores sanitarios de esta nueva época fue una celebración sobria y sencilla, sin mucha gente. El público lo conformaban cargos públicos y personal técnico vinculado a la obra. Fuentes del Cabildo apuntaron que días atrás ya pudieron visitar la réplica los vecinos. Entre los asistentes, consejeros del gobierno y la oposición insular, la directora regional de Patrimonio Histórico y alcaldes y ediles de los 4 municipios dentro del Patrimonio Mundial.

La mayoría, claro está, de Artenara, de la que también se acordó Morales en su intervención para asegurar que el Cabildo ya negocia con el Instituto Geográfico Nacional otros emplazamientos para el radiotelescopio y que su prioridad pasa por conseguir que la nueva ubicación no salga de Artenara. El presidente acabó con agradecimientos, entre los que citó al arqueólogo Julio Cuenca, que fue director científico de Risco Caído y que no acudió.

120.000 fotos para recrear el haz de la luz en la cueva

La cueva número 6 de Risco Caído, con cubierta en forma de cúpula, de cinco metros de altura y considerada una especie de almogarén o templo aborigen, ya dispone de réplica. Como la tienen otros yacimientos de primer orden en el mundo. Entre otros, el de las pinturas rupestres de Altamira, en Cantabria (España) o el de la tumba de Tutankamón, en Egipto. Esta copia, exacta, «con fidelidad milimétrica», en palabras de Morales, facilitará que pueda ser visitada. Y su calidad es tal que José de León asegura que, en sí misma, la réplica «es una joya de importancia internacional».

No en vano, recordó, la empresa que la diseñó y construyó, Factum Arte (el Cabildo licitó la obra por 267.000 euros), hizo la de la cámara funeraria de Tutankamón, y algunos de sus técnicos, que pintaron la copia para recrear esta cueva número 6, también pintaron las de Altamira. Por eso mismo, José Guillén, arqueólogo del Cabildo, contaba este viernes en una de las visitas guiadas que esta réplica ha sido el fruto de la mezcla de las tecnologías más avanzadas con otras más tradicionales. Entre estas últimas, la pintura. Artesanal. Milímetro a milímetro. Por manos expertas. En cambio, se usaron las técnicas más punteras de digitalización sin contacto para la fiel reproducción de la cueva, para lo que se grabaron mediante fotogrametría sus superficies y se tomaron más de 2.500 imágenes. También se recurrió a tecnología de última generación para recrear el movimiento del haz de luz que baña los 30 triángulos púbicos grabados en sus paredes. Según Guillén, se hicieron 120.000 fotos, en time lapse, en 80 días y noches entre 2015 y 2019 que ahora permiten al visitante disfrutar en pocos minutos de lo que tardaría meses en verse.

El resultado, enfatizó Morales, «sumergirá al visitante en la experiencia mágica que supone visitar este templo aborigen y contemplar el espectáculo de luz». «Es emocionante pensar que miles de personas observarán cada año el legado de nuestra cultura indígena y llevarán ese recuerdo por todo el mundo. Y que cientos de miles de canarios conectarán así con sus orígenes», añadió.

Según sus palabras, «es una manifestación única en La Tierra, un complejo ingenio óptico que proyecta el Sol en una de las paredes de la cámara principal y muestra un lenguaje visual insólito para estas culturas». Se interpreta que pudo servir de calendario a los aborígenes para conocer las épocas de siembra y de cosecha. Una voz en off explica al visitante el recorrido de la luz por la pared y su posible interpretación. La visita es gratuita y dura 40 minutos, incluyendo el resto del centro de interpretación, con varias salas. El aforo máximo es de 10 personas.

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