La costa recula 1,3 centímetros al año
El retroceso de la línea de mar en la última década es solo uno de los indicadores que alertan de los riesgos del cambio climático para la isla. El diagnóstico del Cabildo ve «alta vulnerabilidad» en infraestructuras clave
El retroceso de la línea de costa de la isla en 13 centímetros de media solo en la última década, a razón de 1,3 por año, es solo uno de los datos más relevantes de las amenazas que el cambio climático supone para la isla, según refleja el diagnóstico de riesgos, vulnerabilidades y adaptación de Gran Canaria a «un hecho real», elaborado por el Cabildo y presentado por su presidente, Antonio Morales.
El diagnóstico recoge, entre otros datos científicos aportados al estudio por distintas entidades, que el nivel del mar en la isla ha crecido en 17 centímetros desde el año 1927, que desde 1996 la temperatura del mar que la rodea ha subido un grado centígrado o que los vientos alisios han reducido su frecuencia en los últimos 50 años.
«Sin generar alarmas», declaró Morales, las conclusiones preliminares del estudio señalan que la isla presenta «una alta vulnerabilidad y una muy baja capacidad de resiliencia en materia de gestión de riesgos climáticos» al tener infraestructuras clave sin preparación frente al impacto de fenómenos adversos, «no solo desalinizadoras o centrales eléctricas, sino depuradoras, canalizaciones y algunas áreas portuarias», de las que excluye al Puerto de La Luz y de Las Palmas, «además de estructuras residenciales y turísticas a nivel del mar y en el entorno de cauces».
Morales resaltó que este diagnóstico incluye un informe confeccionado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre la incidencia de los fenómenos meteorológicos adversos en la isla del que ha salido una guía de medidas de protección de la ciudadanía y las infraestructuras más vitales.
El estudio de la Aemet, explicó, dice que los mayores riesgos meteorológicos para Gran Canaria son hoy los episodios de precipitaciones extremas y localizadas, el aumento de la frecuencia e intensidad de las calimas, las tempestades de oleaje fuerte, la proliferación de las olas de calor y el aumento de la temperatura y la altura del mar.
Además, detecta que los vientos alisios han reducido su frecuencia en la isla en los últimos 50 años y que se ha incrementado la entrada de polvo procedente del Sahara.
«El cambio climático está en la isla, ha llegado y lo que podemos hacer es reducir y mitigar sus efectos, y frenar su impacto en el territorio», señaló el presidente del Cabildo al comentar el objeto del estudio.
Repasando riesgos y vulnerabilidades de la isla, el estudio recomienda adoptar algunas medidas de defensa ante el cambio climático como que la generación de energía eléctrica no se concentre al nivel del mar, la reducción de gases de efecto invernadero, una mayor inversión en la prevención de los grandes incendios forestales y la lucha contra las especies exóticas invasoras para proteger la biodiversidad de la isla.
En relación al informe de la Aemet sobre fenómenos meteorológicos adversos, Raúl García, el consejero de Energía e I+D+i, resaltó que habrá una segunda y tercera fase para profundizar en el mismo y en los protocolos de actuación.
García también adelantó que el Cabildo quiere realizar una segunda fase del proyecto Alertagran, cuya adjudicación está en trámites, para mejorar la detección de incendios forestales y la gestión de las emergencias. Permitirá controlar cada incidencia a través de la representación de la isla en pantallas de gran formato ubicadas en el Cecopin y en las consolas de los operadores, mostrando en tiempo real dónde está la incidencia, en qué lugar se hallan los operativos, que estarán geolocalizados, así como la ubicación de los recursos como los hidrantes y tomas de agua, además de todos los parámetros necesarios para gestionar la situación, desde presión a temperatura o radiación. Alertagran 2, indicó el consejero, mejora aún más la gestión de la lucha contra el fuego porque permitirá hacer «simulaciones de la evolución de las llamas».
El diagnóstico, además, facilitará la elaboración de los planes municipales de emergencia ante posibles fenómenos meteorológicos adversos, así como los estudios de riesgos y vulnerabilidades, por los ayuntamientos que no los tienen.
Pacto de los alcaldes. Este diagnóstico, primero que realiza una institución pública en Canarias, se enmarca en el Pacto de los Alcaldes y fue presentado en 2017 a la convocatoria de ayudas de la Fundación Biodiversidad, que lo seleccionó entre 400 propuestas de toda España y le concedió una ayuda de 66.000 euros a la que el Cabildo sumó 28.000 euros más.
