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Las depuradoras de la isla generan al año 70.000 toneladas de lodos. Es el residuo resultante del tratamiento de depuración que reciben las aguas residuales. En la actualidad esos desechos van directos al vertedero. Pero el Cabildo, la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Coag) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) pusieron en marcha un estudio para comprobar hasta qué punto pueden ser reaprovechados como fertilizante orgánico para, por ejemplo, abonar los cultivos. Los resultados de la segunda fase de este trabajo científico, dados a conocer este miércoles, «son muy positivos» y abren la puerta a industrializar un proceso con grandes beneficios económicos y ambientales. El Cabildo ha invertido 120.000 euros. Falta una tercera fase. Si arroja resultados similares, se afrontaría un programa inversor para ponerlo en práctica.
El presidente del Cabildo, Antonio Morales, dio cifras del beneficio que traería consigo. La isla dejaría de importar al año 12 millones de kilos de abono con sus 450.000 envases y se ahorraría así los más de 7 millones de euros que le cuesta. Además, no tendría que echar esos lodos en los Ecoparques de Juan Grande y Salto del Negro y los que gestionan las depuradoras se ahorrarían los 4 millones, a razón de 57 euros por tonelada, que cobran esos ecoparques por gestionar esos residuos.
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