Calima y eléctricas ahogan el aire
Canarias no es el lugar de España con el aire más contaminado, pero sí hay contaminantes en los que supera las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las partículas en suspensión son las que más incidencia tuvieron en 2016, seguidas del dióxido de azufre (SO2) y el ozono troposférico. La calima, las emisiones de las centrales eléctricas y el tráfico son los causantes.
R. R. / Santa Cruz de Tenerife
Lunes, 10 de julio 2017, 08:51
Un millón y medio de canarios respiraron en 2016 aire contaminado. Eso al menos es lo que se desprende del Informe anual de Calidad del Aire que Ecologistas en Acción hizo público la semana pasada y que concluye que tres cuartas partes de la población estuvo expuesta a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Llama la atención que los contaminantes que más incidencia tuvieron fueron las partículas en suspensión PM10, es decir, las que tienen un diámetro igual o menor a 10 micrones (un micrón es la milésima parte de un milímetro) y que son consecuencia del elevado nivel de polvo en suspensión que afecta al archipiélago. Se trata de una fuente de contaminación natural que, sin embargo, «no es inocua», explica Miguel Ángel Ceballos, coordinador del informe. Las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y el sur de Tenerife son las que tienen más problemas con la calima.
Ceballos avisa en este sentido que «poco se pude hacer desde el Gobierno de Canarias para luchar contra este tipo de contaminación más que contribuir a reducir el avance del cambio climático» para que África no se siga desertificando, ni las olas de calor no sean más extremas.
Las PM2,5 también inciden en Canarias de manera importante. El tráfico rodado y marítimo y las emisiones de las centrales eléctricas son las principales fuentes contaminantes emisoras de estas partículas y de dióxido de azufre (SO2). En las aglomeraciones de Las Palmas de Gran Canaria-Telde y Santa Cruz de Tenerife-La Laguna es donde más se notan los efectos de estos contaminantes. También en torno a las centrales eléctricas de Jinámar (Gran Canaria) y Caletillas (Tenerife).
En 2016, como en 2014 y 2015, descendieron los tradicionalmente elevados niveles de contaminación causados por la refinería (SO2 y ozono troposférico) y la central térmica ubicadas en el interior de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, debido básicamente a la suspensión durante largos periodos de la actividad de la refinería.
