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Jesús Quesada y / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 16 de julio 2020, 08:06
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Con flechas y balas, o mediante apañadas, la caza mayor de los animales de producción que campan libremente por los campos del archipiélago será autorizada, probablemente a partir de la temporada cinegética de 2018, con el objetivo de controlar y erradicar a corto-medio plazo la proliferación que se ha producido en los últimos años. Los daños y perjuicios que este fenómeno está originando en la economía de los agricultores y ganaderos, así como en los valores patrimoniales y etnográficos de las islas, han animado al Gobierno de Canarias a adoptar esta «drástica medida», para lo que tramita un proyecto de decreto.
La modificación de la normativa regional de caza que la Consejería de Medio Ambiente somete estos días a información pública mantiene que se trata de una medida «necesaria y oportuna» porque a nivel ecológico es «totalmente inviable» mantener estas poblaciones animales, especialmente en zonas donde la biodiversidad está gravemente amenazada, como los espacios naturales protegidos y los lugares de la Red Natura 2000, con el objetivo de impedir la extinción de endemismos insulares y posibilitar la restauración de los ecosistemas afectados. Se adopta, dice el proyecto, «a la vista del fracaso de otras medidas instauradas hasta la fecha para evitar o disminuir los daños que vienen causando».
Los animales de producción asilvestrados que podrán cazarse o capturarse serán los que campan libremente en el medio natural, carezcan de identificación o signo aparente de ser de alguna persona y se encuentren en terrenos de aprovechamiento cinegético.
El proyecto aclara que estas especies no se podrán cazar con cartucho de perdigones o postas, obliga a que las cuadrillas tengan un jefe voluntario y permite tres modalidades cinegéticas: apañada, batida y rececho. Para eliminar los ejemplares apañados solo se usarán mecanismos o medios de eutanasia legales, previo su aturdimiento, no causando a los animales ningún dolor, angustia o sufrimiento evitable.
El proyecto de decreto en exposición pública recoge que los cabildos podrán organizar y, en su caso, autorizar la caza mayor de cabras y ovejas asilvestradas fijando en las disposiciones oportunas las condiciones, las circunstancias y las prescripciones específicas.
En general, las cuadrillas para esta actividad podrán utilizar perros. En las batidas o recechos los tiradores no podrán portar armas cargadas y desenfundadas antes de llegar al puesto o tras abandonarlo, ni podrán disparar hasta que todos los puestos estén colocados o después de que la actividad se haya dado por terminada. Además, durante la cacería se prohíbe el cambio o el abandono del puesto, tanto de los cazadores como de sus auxiliares o morraleros, salvo casos de fuerza mayor que deberá ser comunicada.
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