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Tip y Coll

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Crítica TV ·

Tip y Coll se anticiparon al humor surrealista de los Monty Python y al absurdo de raíz cañí que patentó años después José Luis Cuerda. Bebían de Jardiel Poncela y Mihura, de Gómez de la Serna y 'La Codorniz'

OSKAR BELATEGUI

Martes, 4 de octubre 2022, 23:36

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Su 'gag' más memorable solo necesitaba de un vaso y una jarra. José Luis Coll impartía una lección práctica de cómo llenarlo de agua, mientras Luis Sánchez Polack, Tip, iba traduciendo a un francés macarrónico envuelto en humo de cigarrillo y aferrado a una copa. «Regardez la gilipolluá», soltaba, el título del 'Imprescindibles' sobre la pareja cómica, que ya está disponible en RTVE Play.

Tip y Coll se anticiparon al humor surrealista de los Monty Python y al absurdo de raíz cañí que patentó años después José Luis Cuerda. Bebían de Jardiel Poncela y Mihura, de Gómez de la Serna y 'La Codorniz'. De Tono, Mingote, Dalí y los hermanos Marx. Tip, un huracán imprevisible, un loco genial, ya tenía una carrera como actor de reparto cuando un día se le acercó en una taberna de Madrid un señor bajito de Cuenca, que jugaba a poner pies de foto graciosos y se empleó como negro literario.

Actuaron por primera vez juntos en el hotel Aránzazu de Bilbao. Triunfaron en televisión, ganaron muchísimo dinero con los bolos y dejaron un legado de frases míticas en la cultura popular: «Y mañana, hablaremos del Gobierno», «dame la manita Pepe Lui...». Eran dos magos del lenguaje que, vestidos de enterradores, parecía que improvisaban cuando en realidad todos sus números eran fruto del trabajo y el ensayo. Los dos eran golfos y vivían de noche, pero con el tiempo fueron aguantándose menos, como en la película de Álex de Iglesia 'Muertos de risa'. Coll jugaba al billar con Felipe González en la Bodeguilla y Tip acudía a mítines de Alianza Popular por su amistad con Manuel Fraga. Uno perdió a su hijo con nueve años, el otro no conoció a su madre hasta los cincuenta. Se separaron el día que Tip le firmó a Coll un cheque porque no le apetecía seguir.

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