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Raquel Sánchez Silva.
Raquel Sánchez Silva: «Sigo teniendo millones de charcos»

Raquel Sánchez Silva: «Sigo teniendo millones de charcos»

La presentadora publica un libro de cuentos de gemelos y mellizos. «Mis hijos tiran cada uno de mí y siento como que el cuerpo se me separa»

Arantza Furundarena

Viernes, 30 de abril 2021, 23:06

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Experta en meterse en 'fregaos', como ella dice, Raquel Sánchez Silva se reparte entre los ensayos del programa 'El Desafío' y las numerosas entrevistas que debe atender como flamante escritora de literatura infantil. «No me da la vida», confiesa con su risa cantarina. En casa le esperan dos imparables mellizos de cinco años y medio que son quienes le han inspirado no su primer libro (tiene otros cuatro publicados) pero sí su primer volumen de relatos para niños. Se titula 'Dos Mundos. Cuentos de mellizos, gemelos y otros hermanos sin igual'. Y tiene su origen en las historias que Raquel les suele contar a sus niños antes de dormir. «¿Dónde está el hermano, por qué no sale en el cuento?, me empezaron a preguntar. Así que tuve que inventarme relatos protagonizados por gemelos y mellizos».

De paso, la presentadora de 'Maestros de la costura', que no da puntada sin hilo, aprovechó para ahondar en las circunstancias a las que se enfrentan los mellizos y gemelos infantiles, en un intento de ayudarles a comprender lo que les pasa, «por qué sienten por ejemplo celos de su hermano». Y es que Bruno y Mateo, los hijos de Sánchez Silva y el productor argentino Matías Dumont se quieren con locura pero a la vez rivalizan sin cesar. «Con esto de la pandemia están más peleados que otra cosa –desvela su madre–. Ha sido una convivencia muy intensa».

Convencida de que los padres de gemelos están «muy abandonados» y necesitados de pautas, la presentadora explica que a veces «los niños tiran de ti cada uno por un lado y sientes como que el cuerpo se te separa».

El libro incluye los consejos de la psicóloga Alicia Banderas, que le ha ayudado a Raquel a entender ese afán de sus pequeños por no parecerse entre sí. «Mis hijos son dos niños de fecundación in vitro, dos embriones implantados el mismo día. Ellos físicamente son distintos. Pero además apuestan por diferenciarse. A todos nos encanta ser únicos». Raquel ha decidido darles a cada uno su espacio y su tiempo. «Comparten habitación, de momento, pero no van a la misma clase ni tienen las mismas actividades extraescolares».

Regeneración emocional

Consciente de que la vida nunca es simétrica, la presentadora también ha aprendido a «no tratar de ser tan ecuánime». Y ellos cada día le sorprenden con algo nuevo... «Ayer descubrí la capacidad que tienen para rehacer una situación. Se habían portado mal y nos habíamos peleado. Y de repente uno de ellos contó algo y se empezó a reír y el otro me dio un abrazo. Los niños se regeneran en un instante».

De regeneración emocional sabe mucho Raquel Sánchez Silva. Apenas llevaba un año casada con el cámara siciliano Mario Biondo cuando, el 30 de mayo de 2013, él apareció muerto en su domicilio en extrañas circunstancias. La justicia determinó que se trató de un suicidio. Sin embargo, los padres de Biondo siguen empeñados en no dar el caso por cerrado. Las últimas investigaciones apuntan a que el cámara podría haber estado acompañado en el momento de su muerte... «No voy a decir nada», responde Raquel serena, instalada desde el principio en un hermético silencio.

Aferrarse a lo bueno

Su capacidad para aferrarse a las cosas buenas de la vida se remonta a su infancia. Nacida en Plasencia (Cáceres) hace 48 años, la periodista explica que «desde pequeñita he sido muy risueña y tenía una sonrisa muy grande; mi padre me llamaba cariñosamente 'boca rana'. Yo me di cuenta enseguida del efecto que tenía la sonrisa en los demás, no solo en mí misma. Por eso, si hay que regalar algo a los demás, que sea una sonrisa. La vida está llena de cosas preciosas», razona.

Su padre falleció cuando ella tenía siete años. Pero su abuela y su madre han sido su referente. «Tuve una niñez muy de campo, muy libre, mi hermano y yo jugábamos en la calle hasta que se ponía el sol. Ojalá pudieran tener eso hoy mis hijos».

Vitalista y reflexiva a la vez, a Raquel le encanta 'postear' mensajes positivos en sus redes. «No me considero una mujer sabia, en eso tengo todavía la casa por hacer. Pero intento aprender y mejorar desde la terapia, desde la lectura… Sigo teniendo millones de charcos. Todo el mundo tiene sus tormentas y yo las tengo todas. Pero que nadie espere que yo vaya a salir a Instagram para amargarles el día a los demás».

Se considera perfeccionista y autoexigente en exceso, algo que no quiere trasladar a la educación de sus hijos. «La autoexigencia mal medida puede ser un gran enemigo –advierte–. A mí me ha dado mucho profesionalmente. Pero también quizás me ha sobrado un poco de sufrimiento. Por eso como madre no soy nada implacable, al revés, soy una fan absoluta de mis mellizos».

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