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iñigo gurruchaga
Londres
Lunes, 8 de marzo 2021, 06:21
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Meghan Markle, duquesa de Sussex, no sabía cuando entabló su relación amorosa con el príncipe Enrique que tendría que hacer una reverencia como saludo a la reina, pero su ingenuidad sobre la vida en la familia real se convirtió en los meses posteriores en horror. «No quería estar viva», afirma en una entrevista emitida por la televisión estadounidense CBS. Cuando Oprah Winfrey le pregunta si pensó en el suicidio, Markle lo confirma: «Sí, era muy claro».
En dos horas de conversación con Winfrey, que es su vecina en el distrito de Montecito, en California, la pareja habla de su consternación cuando miembros de la familia real expresaron preocupación por el color de piel que tendrían sus hijos y de las dificultades que llevaron a la separación. Según Enrique, la experiencia del último año «ha sido de una dureza increíble».
La emisión de la entrevista con la gran estrella de la televisión americana era esperada con temor por la Casa Real, después de que videoclips publicitarios mostrasen la pasada semana a Markle declarando que se siente «liberada» para hablar de sus dos años en Reino Unido y quejándose de que palacio sigue «perpetuando falsedades» sobre ella.
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El ejemplo que da en la entrevista es un incidente en los preparativos de la boda con su cuñada, Catalina, sobre ornamentos florales en los atuendos de los niños que actuarían como pajes. Los medios británicos han repetido que Meghan hizo llorar a la futura reina cuando en realidad sucedió lo contrario. Ella afirma que no tuvo mayor importancia y que la duquesa de Cambridge, «una buena persona», le escribió pidiéndole disculpas. Pero la Casa Real nunca desmintió lo publicado.
En la entrevista, la duquesa de Sussex, que espera a su segundo hijo, que será una niña, no critica a miembros de la familia real. Es particularmente afectuosa sobre la reina Isabel II. Señala una diferencia entre la familia y quienes «operan» la monarquía. «Todos en mi mundo, mis amigos, mi madre, mi padre,.. recibieron la directiva de no comentar (sobre nuestra relación)», afirma. «Era siempre desde la perspectiva de que ellos me protegerían». «Pero era difícil reconciliarlo (con la realidad), porque, después de casarnos, cuando todo comenzó a empeorar, empecé a comprender que no solo no me protegían (de lo publicado en los medios) sino que estaban dispuestos a mentir para proteger a otros miembros de la familia pero no a decir la verdad para protegernos a mi marido y a mí», afirma.
Según Enrique, el deterioro de la relación con la Casa Real comenzó tras un viaje exitoso de la pareja a Australia, que habría preocupado a los funcionarios de la monarquía por la popularidad de Markle y su manera de tratar al público. El hijo menor de la princesa Diana advirtió a sus familiares que la integración de su mujer «no iba a terminar bien».
Expresa un marcado distanciamiento con su padre, el príncipe de Gales. «Hará falta mucho trabajo», dice sobre su relación. «Me siento realmente decepcionado porque él pasó por una experiencia similar, sabe lo que es el dolor y Archie es su nieto… Siempre le querré, pero hay muchas heridas». También se ha distanciado de su hermano, Guillermo, pero confía en «que el tiempo cura todas las cosas».
Sin ayuda financiera de su padre o de la institución, Enrique señala que pudo pagar la mansión en la que viven, en Santa Bárbara, con la herencia que recibió tras el fallecimiento de su madre. Y ofrece una perspectiva lúgubre de la monarquía británica. Él se sintió «atrapado dentro del sistema, como el resto de la familia». «Mi padre está atrapado. Mi hermano está atrapado. No pueden dejarlo y siento enorme compasión por ellos».
príncipe enrique
La emisión de la entrevista ha sido precedida de informaciones hostiles hacia la duquesa en la prensa británica. Cortesanos no identificados han advertido de que responderán a revelaciones dañinas, porque, según ellos, «hay mucho que podría publicarse y de lo que no se ha hablado». Las filtraciones se centran en el trato de Markle a los empleados de la Casa Real durante su estancia en Reino Unido.
El pasado miércoles, se anunció la apertura de una investigación sobre denuncias de intimidación que habrían sido presentadas al secretario del príncipe Guillermo, cuando los dos hermanos compartían estructura administrativa en el Palacio de Kensington. Se afirma que la mitad de los miembros de la plantilla quiso abandonar su empleo por la conducta de la esposa de Enrique. Se ofrece como ejemplo la dimisión de la asistente personal del príncipe y uno de los incidentes que la habrían provocado. La duquesa le encargó la compra de mantas con bordados personalizados para los amigos de Enrique invitados a una cacería en la mansión real de Sandringham, en el este de Inglaterra. Markle habría abroncado a la asistente porque el color rojo de las mantas no era el que ella deseaba.
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La batalla pública entre los Sussex y los cortesanos de la realeza británica llega días después de que se confirmase que los duques no ejercerán funciones oficiales de la monarquía, tras el año de transición que se había acordado cuando la pareja decidió marcharse a a Estados Unidos; y también coincide con la prolongada estancia del marido de la reina, Felipe de Edimburgo, en dos hospitales, donde está siendo tratado de una infección y de un trastorno cardíaco.
Markle ha logrado una victoria entre los tribunales británicos contra el diario 'Daily Mail', por publicar una carta de la duquesa a su padre, Thomas, en la que la hija le reprochaba, en víspera de su boda, en mayo de 2018, que no aceptara sus peticiones para que no hablase a los medios de comunicación. El padre decidió finalmente no asistir a la boda. Un juez dictó una orden esta semana obligando al 'Mail' a publicar la sentencia en su portada.
La reina Isabel II, que ha mantenido contacto mediante videoconferencia con Enrique y su hijo Archie, emitirá un mensaje a la Commonwealth pocas horas antes de la transmisión de la entrevista por la televisión británica, ITV, a las nueve de la noche, hora local. La monarca, de 94 años, reanudará la próxima semana sus actividades oficiales tras el confinamiento en el castillo de Windsor.
El impacto en la percepción de la monarquía británica en el mundo será notable. Televisiones de más de sesenta países han comprado a la CBS licencias para emitir la entrevista. En Estados Unidos, 39 millones de usuarios de redes sociales habrían visto una compilación de videoclips en los que Enrique ordena la coleta o la melena de su mujer, o posa su barbilla en su hombro. Lleva el título de «el marido más atento».
Ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, formaron parte de las conversaciones en las que se expresaba la preocupación por lo oscura que sería la piel de su bisnieto, Archie, el hijo del príncipe Enrique y Meghan Markle, según reconoció este lunes Oprah Winfrey.
Enrique no quiso revelar quién había planteado las preocupaciones, dijo Winfrey a la CBS, pero «quiso asegurarse de que yo supiera, y si tuviera la oportunidad lo compartiera, que no fueron su abuela ni su abuelo los que formaron parte de esas conversaciones».
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