Torres tendrá que recolocar los contrapesos en año congresual

Ángel Víctor Torres ha intentado durante las últimas semanas encontrar una salida al conflicto interno provocado por la designación del senador sin abrir demasiadas heridas. Pero la organización tenía claro desde el principio que, dado el peso de los dos sectores enfrentados, y fuera cual fuera la decisión final, habría vencedores y vencidos. Y eso, en año congresual, no es asunto menor en el Partido Socialista.

Y sobre todo, indica un dirigente socialista «queda la sensación de que el secretario general no ha sabido imponerse para que la designación produjera por asentimiento y se haya tenido que votar la candidatura en la ejecutiva regional».

Lo cierto es que el nombramiento de Santiago Pérez da cumplimiento al compromiso del secretario general con la dirección de Tenerife, cuya relación siempre ha sufrido altibajos. Después de haber dado su apoyo a esta candidatura, Ángel Víctor Torres no se podía exponer a un nuevo encontronazo con Pedro Martín, a quien ya desairó con el cese de la consejera de Sanidad, Teresa Cruz, pese a contar con el respaldo de la dirección tinerfeña.

Ayer, como presidente del Gobierno, Torres, anunció el nombramiento de Blas Acosta como nuevo viceconsejero de Economía «generosidad y empatía a la hora de resolver los problemas». Pero el dirigente majorero no llegó solo hasta aquí. Su intención, como él mismo señaló en la carta hecha pública el domingo, nunca fue optar a la Cámara Alta. Sin embargo se vio «espoleado» por otros dirigentes que ahora se sitúan en el bando perdedor de esta batalla. Antes de la celebración del congreso, el secretario general tendrá que recolocar los contrapesos territoriales.