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La llegada de miles de migrantes a las costas canarias ha hecho que no se pueda garantizar que se les pueda dar un trato digno durante su acogida. Así, como ya han denunciado a lo largo de estos meses las instituciones, los centros están sobreocupados, lo que ha mermado la capacidad de una atención adecuada por parte de estos recursos.
Hasta algo tan básico como lavar la ropa se complica en las instalaciones de centros como el Canarias 50, ubicado en La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria). Este espacio militar, cedido para la acogida de adultos, tiene ahora «en torno a 1.800 migrantes», según fuentes próximas.
Por ello, ha llamado la atención la llamativa imagen que se puede observar desde el exterior del recurso, en la que se ve la ropa de los que se alojan en el centro tendida en las verjas del lugar.
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Efe
«Se les da una pastilla de jabón para que ellos mismos laven la ropa, y luego, se la gestionan como pueden», afirman estas fuentes. A pesar de que hay tendederos para colgar la ropa, debido al elevado número de alojados no hay espacio para poder poner a secar todo.
Aunque es un recurso de acogida temporal, lo cierto es que, como consecuencia del ritmo de las llegadas, hay una saturación. «Con la misma que entran, salen», destacan. Así, a lo largo de la semana se derivan en torno a 400 migrantes a la península, pero llegan otros.
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Durante la noche del lunes arribaron a las costas de El Hierro 170 personas a bordo de dos cayucos, y dos eran menores de edad. A su vez, 46 migrantes sobrevivieron a la ruta canaria y desembarcaron en la isla del Meridiano este martes, mientras que en Tenerife se rescató a 60.
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