RR7 empleó 102.000 euros de las mascarillas para comprar un Bentley que resultó ser un Fiat Panda
La UDEF investigó los coches que adquirieron con parte de los cuatro millones. Ninguno llegó a la isla y los números de chasis facilitados eran falsos
Francisco Suárez Álamo y Francisco José Fajardo
Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 10 de abril 2024
El caso Mascarillas se fue enredando con nuevas tramas a medida que iba pasando el tiempo. Mientras el Servicio Canario de Salud (SCS) intentaba de forma desesperada que RR7 United enviara los cubrebocas a Gran Canaria tras haber abonado por adelantado cuatro millones de euros, la empresa de coches empleó 811.841 euros de esa cantidad ingresada por Sanidad para comprar coches de lujo. La paradoja es que ni el material sanitario ni los vehículos llegaron jamás a las islas, con la agravante de que las 3M adquiridas eran falsas y uno de los Bentley que compró RR7 por 102.000 euros tenía el número de bastidor de un Fiat Panda.
Fue Rayco González, el dueño de RR7 United, quien informó al fiscal Anticorrupción Javier Ródenas en el inicio de esta investigación, que parte de la ganancia obtenida con el contrato con el SCS la había invertido en la adquisición de coches de lujo. No en vano, era el objeto social de la mercantil, la compra y venta de coches y por eso, González declaró que quiso invertir ese dinero ganado con la venta de mascarillas en un nuevo negocio.
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Pero lo que en principio pudo haber sido una operación totalmente redonda para el empresario grancanario, con el paso del tiempo se le fueron torciendo los planes hasta acabar en una situación crítica ya que, ni entregó el material sanitario al Gobierno de Canarias tras el acuerdo alcanzado personalmente con Conrado Domínguez, ni recibió los coches que presuntamente abonó a una empresa italiana tras la intermediación del también investigado Lucas Cruz.
Según los informes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), Rayco González realizó dos transferencias para la adquisición del millón de mascarillas FFP3 modelo 1860 al proveedor, Ihsan Mahmhoud, también investigado por la Fiscalía Europea. El primer pago fue de 1,59 millones de euros y el otro de 1,06, en las fechas 22 de octubre y 12 de noviembre de 2020.
El resto de los cuatro millones de euros ingresados a RR7 por orden de Conrado Domínguez –que ascendía a 1.350.000 euros– se habría destinado para repartirse –presuntamente- entre, al menos, seis personas en forma de comisiones por las gestiones realizadas y para comprar coches de lujo en una operación gestionada personalmente entre Rayco González y Lucas Cruz.
En concreto, el dueño de RR7 alegó haber adquirido a una empresa llamada 1 Milione Car SRL cinco vehículos en una operación que luego denunció por presunta estafa. Se trata de un Lamborghini Urus por el que dijo haber pagado 140.000 euros, un Lamborghini Aventador S de 280.000 euros, un Lamborghini Urus de 140.000 euros, un Bentley Bentayga de 102.000 euros y un Mercedes Benz AMG GT C Roadster que le costó 80.000 euros. Un paquete de vehículos de 742.000 euros a los que les sumó otros gastos de gestión para elevar la cifra invertida a los 811.841 euros.
Tras múltiples gestiones, declaró Rayco González, los coches nuca llegaron, por lo que denunció por estafa a la empresa 1 Milione Car SRL.
Tras las primeras pesquisas, los agentes de la UDEF comprobaron que, al pufo de las mascarillas 3M, había que sumarle el de los vehículos de lujo. El motivo no era otro sino que, al cotejar los números de bastidor de los coches comprados y que fueron aportados por RR7 en su denuncia, ninguno de ellos se correspondía con la marca y modelo presuntamente adquirido.
De Lautaro Martínez
La matrícula de uno de los Lamborghini Urus figuraba a nombre de Lautaro Javier Martínez, jugador argentino de Inter de Milán, pero su bastidor no coincidía con el que proporcionó el vendedor a RR7, como ocurrió con el resto de deportivos.
Otra de las matrículas que comprobaron, también de un Lamborghini, correspondía originalmente a un Hyundai 120 Active.
Pero el colmo de los colmos para los investigadores fue que número de chasis proporcionado por el denunciante del Bentley Bentayga –su nombre es un homenaje al icono paisajístico grancanario–, en la base de datos era realmente de un Fiat Panda que estaba a nombre de un particular de nacionalidad italiana. Todo por la módica cantidad de 102.000 euros.
La UDEF cotejó la presunta ruta que realizaron los coches tras ser adquiridos por RR7 ya que 1 Milione Car SRL informó a González que los habían transportado hasta el Puerto de Huelva y allí los intervinieron una «autoridad policial/judicial desconocida», según describieron los investigadores. También cotejaron la base de datos de Naviera Armas y constataron que no había registros de envíos de esos coches a territorio español desde Italia.
Por último, la UDEF intentó sin éxito contactar con 1 Milione Car SRL, una empresa que realmente estaba inscrita en el registro mercantil italiano con el epígrafe de constructora de edificios residenciales y no residenciales.