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Reforma laboral 2021; una mirada integral para entender su impacto real

gustavo santana-Viceconsejero de Empleo del Gobierno de Canarias ·

La aprobación de la reforma laboral es una invitación clara para que sindicatos y patronales en nuestro país emprendan una nueva negociación para intentar llegar a un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva

gustavo santana

Viceconsejero de Empleo del Gobierno de Canarias

Sábado, 29 de enero 2022, 09:41

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Todos sabemos que la creación o destrucción de empleo viene aparejada a los ciclos económicos, por lo que resulta natural que en contextos de crisis se produzca la destrucción de puestos de trabajo, sobre todo en aquellos sectores más afectados por la crisis, o bien porque existan empresas descapitalizadas, que no resistan los ciclos económicos adversos.

Sin embargo, en la anterior crisis financiera de 2008, había quienes repetían como un mantra que una reforma laboral desregulatoria de las relaciones laborales era el elemento fundamental para la creación de empleo, cuando lo único que hizo fue dejar a su suerte a las personas trabajadoras y debilitar a los sindicatos en su ámbito natural: la negociación colectiva.

Así, llegamos hasta el gobierno de Mariano Rajoy, que, en 2012, impuso una reforma con la mayoría absoluta que le amparaba en el Congreso, desoyendo a los agentes sociales y económicos, y dando carta de naturaleza normativa al desequilibrio manifiesto entre sindicatos y empresas en el marco de la negociación colectiva. Esa reforma también fijó el límite de un año para la ultraactividad de los convenios, primó los convenios de empresa como alternativa 'negociada' a la inaplicación de salarios, incorporó nuevos mecanismos de contratación más precarios, profundizó en el abaratamiento del despido, amparó el despido por absentismo y quitó poder de control a las autoridades laborales, entre otras cuestiones. Toda una invitación al despido, para sustituir a unos trabajadores por otros en peores condiciones laborales.

Por lo tanto, es preciso aclarar que no es lo mismo el empleo que las relaciones laborales, y que el Estatuto de los Trabajadores lo que viene a definir es única y exclusivamente el marco de relaciones entre empleadores y trabajadores, los mecanismos de negociación y diálogo entre estos, o como resolver las coyunturas de organización en la empresa, o las crisis económicas o de producción, es cuando podremos entender el impacto de la reforma laboral y como puede influir sobre todo, en el mantenimiento del empleo, en la temporalidad y en la precariedad. Independientemente de los ciclos económicos.

La reforma de 2021 y la necesidad de que sea apoyada por un amplio consenso parlamentario. Para entender la importancia de esta reforma laboral, primero hay que ser conscientes de la influencia europea en dos líneas. La primera es la vinculación de aprobar una norma pactada para poder ser beneficiarios de cuantías multimillonarias llamadas a dar un giro a nuestro modelo productivo, bajo unos parámetros claros comprometidos en el componente 23 del Plan de Recuperación y Resiliencia: es decir, acordar sobre lo comprometido entre Europa y España para reducir la temporalidad y la precariedad. Y la segunda, y no menos importante, es que si no hubiera existido esa exigencia europea que conllevaba una fuerte inyección económica para los sectores productivos y su transformación ante los nuevos retos económicos, quizás no se hubiese completado el acuerdo.

Otro de los elementos, y no menos importante, en mi opinión, es el IV Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva 2018-2020 pactados entre CEOE y los sindicatos más representativos; UGT y CCOO. En él, ya se expresaban, al menos, aquellos aspectos en los que ambas partes podrían llegar a un acuerdo: cuestiones que tenían que ver con los salarios mínimos pactados en convenio para que en el año 2020 fueran de 1.000 euros con 14 pagas; el instar a los negociadores a mantener por todos los medios la vigencia de los convenios colectivos, hasta que se llegara a nuevos acuerdos; o la modificación del artículo 42 sobre las subcontrataciones entre empresas.

Por lo tanto, lo acordado en el dialogo social era al menos, lo que podría salir con acuerdo en el tiempo establecido por Europa, bien por exigencias de la Comisión Europea, bien porque ya existían compromisos previos entre los agentes sociales y económicos. Y, posiblemente, el tratar de incluir todas aquellas materias que no siendo estas: coste y causas del despido, el papel de la autoridad laboral, los salarios de tramitación, etc., hubiese provocado casi con toda seguridad que el acuerdo hubiera descarrilado.

Por este motivo, teniendo en cuenta la posición tradicional de los sectores económicos y de los partidos políticos de derechas en nuestro país, es imprescindible que la reforma laboral acordada en el marco del dialogo social, cuya legitimidad es indiscutible, sea convalidada con una amplia mayoría en el Congreso de los Diputados, lo que no resta que el estatuto de los trabajadores siga siendo causa de debate y modificación de aspectos, que siguen siendo lesivos para los trabajadores y además generan inseguridad jurídica a las empresas. Si la reforma laboral no es aprobada con una amplia mayoría en el Congreso y con la legitimidad que le otorgan los agentes sociales y económicos, los aspectos pactados correrán el riesgo de ser derogados por futuros gobiernos. No convirtamos este debate en un 'mercadeo' político, pero tampoco renunciemos a seguir introduciendo más cambios en el futuro.

No podemos tener una mirada cortoplacista de esta reforma laboral; tenemos que ir mas allá para entender la importancia de su aprobación y posterior aplicación. Hay que recordar que ya uno de los aspectos de la reforma laboral de 2012 más lesivos, como la del despido por absentismo, que se llevó un varapalo del Tribunal Supremo, o el estrepitoso fracaso del contrato de emprendedores y el periodo de prueba de un año, que son realidades pasadas que no volverán.

La llamada Ley Riders, o la nueva ley que regula el trabajo a distancia, tanto en el sector público como en el privado, todas ellas con consenso en el dialogo social, solo son algunos aspectos adicionales para entender la nueva legislación laboral, inherente a la reforma laboral. Pero de la misma manera podríamos citar el Real Decreto 902/2020 de igualdad retributiva entre hombres y mujeres, o el 901/2020 por el que se regulan los planes de igualdad y su registro y depósito de convenios y acuerdos colectivos de trabajo. Por lo tanto, esta no es una reforma cosmética, es un paso al frente en el marco de relaciones laborales, uno de los más importantes en la reciente historia democrática de nuestro país por la importancia del acuerdo y de sus contenidos.

El considerar normativamente al contrato indefinido como el contrato principal, no solo llama a reducir de forma importante la contratación temporal, una de las causas principales de la precariedad en nuestro merco laboral, sino que el justificar de forma clara la temporalidad en la contracción y reducir el tiempo legal de encadenamiento de contratos, canalizará los contratos fijos discontinuos, que serán reconocidos desde el origen del contrato y no solo por el tiempo de trabajo realizado, impulsando así al alza la indemnización por despido.

La recuperación de los salarios y las jornadas en los convenios sectoriales, en detrimento de los convenios de empresas, sin renunciar a que los diferentes ámbitos de negociación puedan pactar otras condiciones que se adecuen a la realidad empresarial, estimulará los salarios al alza, aumentando de forma directa también las indemnizaciones por despido.

Basta echar un vistazo, para apreciar con claridad que, frente a los más de mil ciento sesenta y seis convenios de empresa que operan en Canarias, según el Registro y Deposito de Convenios Colectivos, decenas de miles de trabajadoras y trabajadores podrán beneficiarse de los convenios sectoriales, o todos aquellos que estén cubiertos por los cinco convenios colectivos de carácter autonómico y los cuarenta y tres provinciales que existen en nuestras islas.

Los contratos de formación, conjuntamente con la aprobación próxima de Ley de Formación Profesional, generarán un nuevo espacio de oportunidades a los jóvenes de nuestro país y de Canarias, adaptando las necesidades de las empresas a la formación que impartamos a través de un contrato de trabajo con una remuneración justa, y fijando en los convenios colectivos la posibilidad de reconvertir los contratos de formación en contratos indefinidos.

Todo esto, con una apuesta clara por el mantenimiento de los empleos a través de los ERTE, tanto para situaciones de crisis cíclicas como sectoriales, vinculadas a la formación y a la transición para el empleo, con claras ventajas para las empresas que se acojan a ellas y que supone un cambio sustancial, respecto a la visión con la que se debe afrontar el futuro de nuestro mercado de trabajo.

Todo esto, en su conjunto, define el futuro de las relaciones laborales en nuestro país, generando un escenario de oportunidades nunca vistas, con la introducción de un paradigma diferente a las que estábamos acostumbrados, sin obviar que la subida del Salario Mínimo Interprofesional a lo que indica la Carta Social Europea por encima de los 1.000 euros y la reforma de las pensiones para garantizar las rentas futuras de los pensionistas a través de la solidaridad del sistema, son claros ejemplos de que están produciéndose cambios que fortalecerán nuestro estado del bienestar y las expectativas de un futuro mejor para la clase trabajadora.

En definitiva, no cometamos errores si el objetivo es dotar de un nuevo escenario de oportunidades a las personas trabajadoras y dotar de garantías y seguridad jurídica a las empresas. Siendo legítimo que todos los partidos políticos mantengan sus opiniones y sus posiciones sobre la reforma laboral, no convalidar de forma amplia la reforma laboral en el Congreso, es lo mismo que dejar el pretexto perfecto a los partidos políticos de derechas para deslegitimarla y modificarla en un futuro por otra incluso mas lesiva que la de 2012.

Sin duda queda trabajo por hacer. La aprobación de la reforma laboral es una invitación clara para que sindicatos y patronales en nuestro país emprendan una nueva negociación para intentar llegar a un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, en el que no solo aborden la subida salarial en el marco de los Convenios Colectivos, sino, por ejemplo, tasar de forma clara las causas del despido y evitar que despedir en nuestro país no solo sea fácil, sino además barato.

Y en Canarias, se abre una oportunidad perfecta para que, en el marco bipartito de negociación, confederaciones empresariales y sindicales aborden la discusión de un Acuerdo Interprofesional en Canarias, que discuta entre otras cuestiones sobre una nueva estructura de negociación colectiva en Canarias, e impulse nuevos convenios autonómicos que den cobertura a sectores que en estos momentos carecen de convenio colectivo.

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