Gómez, el hombre de confianza recompensado
Perfil ·
Ocho meses después de relevarlo como portavoz en el Congreso, Pedro Sánchez nombra ministro al diputado canario, uno de sus más leales colaboradoresCuando en julio de 2022 Pedro Sánchez anunció el relevo de Héctor Gómez del cargo de portavoz del PSOE en el Congreso para sustituirlo por Patxi López, apenas diez meses después de haber sorprendido a propios y extraños con su nombramiento, lo convirtió en uno de los portavoces más efímeros que se recuerdan.
Aquella decisión, adoptada en una reunión extraordinaria del Comité Federal del PSOE en la que Sánchez aprovechó para remodelar el partido, estuvo motivada por razones de estrategia política tras la aplastante victoria del PP en Andalucía, pero fue evidente que al presidente del Gobierno le dejó mal sabor de boca prescindir así de uno de sus hombres de confianza, que además de estar entre sus más leales colaboradores es su amigo -y compañero de salidas en bicicleta- desde la época en que ambos eran todavía unos perfectos desconocidos en la vida pública.
Sánchez se quitó ayer la espina ayer nombrando a Héctor Gómez ministro de Industria, Comercio y Turismo en sustitución de Reyes Maroto. Solo ocho meses ha tardado el diputado canario en volver a la primera línea nacional, en un ejemplo gráfico más de las intermitencias de los protagonismos políticos. Desde su cese como portavoz -que encajó con deportividad- hasta ahora se ha mantenido en un segundo plano como diputado en el Congreso, donde presidía la comisión Constitucional.
A Gómez (Santa Cruz de Tenerife, 1978) le acompaña la fama de hombre dialogante y metódico sin estridencias, con un punto distante, ajeno al ruido y los fuegos de artificio, cordial con los medios de comunicación sin salirse nunca del carril y negociador imperturbable, pero con la flexibilidad de cintura necesaria para llegar a acuerdos cuando toca.
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En su etapa como portavoz del PSOE tuvo que vérselas con los duros ataques de la oposición pero también se vio obligado a lidiar con situaciones de alta tensión con los socios parlamentarios del Gobierno, el más serio derivado del espionaje al independentismo catalán con el sistema Pegasus. En la hoja de méritos lleva haber sido capaz de concitar apoyos para aprobar con holgura los Presupuestos Generales del Estado de 2022 y para sacar adelante por la mínima la reforma laboral, proyecto estrella del Gobierno, aunque para esto último contó con la inestimable ayuda involuntaria de un diputado despistado del PP.
Licenciado en Ciencias del Trabajo, graduado en Derecho y diplomado en Turismo, comenzó a desarrollar su trayectoria profesional en el área de reservas de establecimientos turísticos y el ministerio que ahora tendrá que dirigir hasta el final de la legislatura no le es desconocido. De hecho, como destacó el presidente del Gobierno al anunciar su nombramiento, ya formó parte del primer equipo de Reyes Maroto como director de Turespaña -el organismo público responsable de la promoción de España como destino turístico-, cargo que desempeñó entre junio de 2018 y marzo de 2019. Dejó Turespaña para ir en la lista del PSOE al Congreso por Santa Cruz de Tenerife en las elecciones generales de abril de ese año, en las que obtuvo el escaño y lo renovó en la repetición electoral de noviembre.
Héctor Gómez se inició en la política en el ayuntamiento de Guía de Isora, donde entró en las elecciones municipales de 2003 por las listas del PSOE y asumió la concejalía de Desarrollo Local y Juventud. Ocupó después distintos cargos municipales -fue en diferentes legislaturas segundo teniente de alcalde y concejal delegado de Empleo, Turismo y Sector Primario.
En 2015 dio el salto a la política autonómica y se hizo con un acta de diputado del Parlamento de Canarias, donde fue uno de integrantes de la comisión negociadora con Coalición Canaria (CC) para la formación del gobierno y fue elegido secretario segundo de la Cámara, cargo que dejó al ser nombrado director de Turespaña. A nivel orgánico formó parte de la dirección federal socialista como Secretario de Política Internacional entre 2017 y 2021 y estuvo en del núcleo duro de la dirección de Ferraz entre 2017 y 2022.
Incluso cuando ha ocupado cargos de alta responsabilidad y gran visibilidad como el de portavoz parlamentario, por tanto muy expuesto a la crítica, su talante le ha mantenido alejado del enfrentamiento frontal y -cosa rara en política- hablan bien de él en el plano personal tanto sus compañeros de partido como sus adversarios políticos.
Una ronda para recabar opiniones entre diputados de distintas fuerzas del arco parlamentario permite comprobar como al describirlo se repiten los adjetivos de «trabajador», «leal» y «discreto». Si se quisiera interpretar como crítica, lo único que alguien señala es que «le falta colmillo», cosa que por contra otros ven como uno de sus grandes valores, porque «es capaz de defender sus posiciones sin gritos ni descalificaciones».
Gómez, ya casi recuperado de un problema de rodilla que le ha mantenido un tiempo alejado de la actividad parlamentaria y le ha permitido pasar más tiempo con su hija en Tenerife, tiene por delante ahora menos de nueve meses para continuar la labor de antecesora, con un sector turístico prácticamente recuperado tras la pandemia con previsiones de alcanzar cifras records y con la tarea de culminar el pacto por la industria que Maroto pretendía dejar firmado antes de irse.
Hace solo unos días, durante un receso de la moción de censura, Héctor Gómez comentaba en el patio del Congreso mientras recibía los saludos de quienes llevaban tiempo sin verlo que ahora que la rodilla ya le responde se veía haciendo deporte de nuevo en pocas semanas. Pero las vueltas de la política le van a dejar ahora poco tiempo libre.