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Antona: «Esto es un punto y seguido. El capítulo no está cerrado»

Antona: «Esto es un punto y seguido. El capítulo no está cerrado»

El senador por la comunidad no expresa ni una queja hacia su formación, sus compañeros o la dirección nacional después de haberse visto obligado a dimitir como presidente del PP regional por las frustradas negociaciones para cerrar un pacto de centro derecha en Canarias. Pero advierte que sigue abierta la posibilidad de volver a presentarse al próximo congreso para dirigir el partido.

Domingo, 1 de septiembre 2019, 09:39

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B. Hernández / las Palmas de Gran Canaria

¿Se siente usted maltratado por el Partido Popular?

— No, en absoluto. Para el Partido Popular solo tengo palabras de agradecimiento por las oportunidades que me ha ofrecido desde que me afilié en el año 95. He pasado por muchas instituciones y responsabilidades, y ahora no sólo me ha dado la responsabilidad de ser portavoz adjunto en el Senado, sino de estar en la dirección nacional, nada más y nada menos, que con todo lo que tiene que ver con la coordinación de las políticas autonómicas.

¿Esos cargos son una compensación a la altura de lo que esperaba por dejarlo sin la dirección regional?

— Soy una persona de partido, y a lo largo de mi vida política me he acostumbrado a escribir capítulos. He ido poniendo fin a algunos, pero el libro no está acabado. Quedan los capítulos finales y éste es uno más.

¿En ese libro de su vida política hay capítulos que se pueden reabrir?

— Sin duda. Unos se cierran definitivamente y otros siguen abiertos para el futuro, y obedecen a estar a disposición del partido y de su militancia en Canarias.

—¿Cuando se convoque el congreso regional volverá a optar a la Presidencia del PP en Canarias? ¿Ese capítulo sigue abierto?

— Evidentemente está abierto. Canarias fue la primera comunidad donde se celebraron primarias. Primero se presentaron cuatro candidatos y finalmente yo fui respaldado por el 98,6% de los compromisarios. Es un apoyo casi unánime de la militancia y sigo sintiendo el cariño y el respaldo de cientos y cientos de militantes. Me despedí con toda la junta autonómica en pie.

¿Y donde ha estado ese casi 99% en este proceso en el que usted no ha salido bien parado?

— Ha estado donde ha tenido que estar, cada uno en su responsabilidad. Yo he asumido este proceso y lo he hecho con madurez, mucha reflexión y con la actitud que ha caracterizado toda mi vida política, que es la absoluta lealtad al partido y a los órganos de dirección. He tenido conversaciones con la dirección nacional y esta decisión fue participada, No añoro tiempos pasados. Hay que mirar hacia adelante e insisto, éste es un capítulo de punto y seguido.

¿Pensó en algún momento dejar el partido? Se ha especulado con que usted se podría convertir en el de La Palma.

— Lo que más me ha dolido de lo que he escuchado, y he escuchado muchas barbaridades, ha sido que en La Palma se podría crear un partido independiente del PP. Yo he nacido politicamente en el Partido Popular, me he criado y desarrollado mi vida política en este partido, en el que he llevado a cabo responsabilidades orgánicas e institucionales. Cuando acabe mi vida política, será en el Partido Popular. Nunca, nunca, nunca, dejaré la militancia.

Nunca es un tiempo muy largo.

— Es que lo tengo muy claro. Otra cosa es que siga ocupando cargos de mayor o menor relevancia política.

¿Y después de toda esa lealtad y todo ese trabajo, no esperaba ser mejor correspondido?

— Yo creo que se ha hecho un trabajo importante después del proceso de primarias, de llegar a citas electorales con los resultados que han sido los que han sido. En las elecciones generales, el partido en toda España vivió un tsunami electoral y en Canarias -en las autonómicas, un mes después-, fuimos un muro de contención. En La Palma, donde yo me presenté, obtuvimos los mejores resultados en la historia de la autonomía. Incrementamos el número de votos respecto a los buenos resultados de hace cuatro años y con circunstancias diferentes: generales con malos resultados, competidores como Vox y Ciudadanos... Supimos aguantar el tipo. Y logramos algo importante, que después de 30 años, Coalición Canaria pasara a la oposición, porque la regeneración de la vida política en Canarias ha sido un objetivo mío y de mis antecesores al frente del PP. El PP debe aprovechar el liderazgo del centroderecha en Canarias y no vivir el duelo del hundimiento de Coalición Canaria.

Sobre los resultados electorales, perdieron un diputado en La Palma y otro en el cómputo regional.

— Hablo en número de votos.

El peso se mide en número de diputados.

— Compare Canarias con el resto de comunidades. Perdimos un diputado en un escenario donde competíamos con Cs y Vox, veníamos de un tsunami electoral...La última encuesta que llegó a mi poder nos daba entre siete y nueve diputados, y sacamos once. Es un resultado satisfactorio para el contexto en el que nos movimos.

Y otra observación a su análisis. CC está en la oposición, pero no es gracias al PP. Si se hubieran dado las condiciones, ustedes habrían seguido apoyando a los nacionalistas.

— No lo sé. CC intentó un gobierno de centroderecha pero no se dieron las circunstancias. Y algunos han buscado culpables. El único culpable de que no haya un pacto de centroderecha en Canarias ha sido Coalición Canaria. Y evidentemente, el veto que Cs mantuvo hasta el último segundo para que Fernando Clavijo, como investigado, no formara parte del Gobierno. Si la soberbia de CC se hubiera dejado fuera de las negociaciones, así como el veto de Cs, posiblemente hoy el escenario sería otro. El PP siempre colaboró y contribuyó para formar un gobierno con CC.

¿Y entonces cual es su responsabilidad en que se frustrara ese pacto? ¿Ninguna?

— Cuando yo me levanté el 13 de junio con todas las portadas diciendo que CC me daba la Presidencia, puse dos condiciones. La primera era tener 36 votos, que nunca existieron por el veto de Cs, que CC no aceptó hasta el último segundo cuando que se vio desesperado, pero ya se estaba cerrando el pacto de izquierdas. La segunda condición es que se formalizara un documento y, como ya es agua pasada, mejor no hablar, pero el PP no estaba satisfecho con ese escrito.

Que incluía un candidato a la Presidencia que no era usted.

— Eso ya fue en el último segundo, cuando en el Parlamento se estaba cerrando el pacto de centro izquierda. Llegaron tarde y mal.

En su partido se criticó que usted no pusiera las siglas por delante de su persona.

— Este no es un debate de personalismos, sino de un relato que se debe conocer. Fue una cuestión de soberbia de CC, que se negó a ceder a la petición de Cs. No busquemos culpables donde no los hay.

— ¿Cuanto tuvo que ver José Manuel Soria en este relato que hace?

— No lo sé.

Pero sabe que intervino.

— Lo desconozco absolutamente. No tengo ni idea. No me consta.

Sí sabe que su puesto ahora y su salida de la Presidencia del PP canario empezó cuando apoyó a Sáenz de Santamaría en las primarias.

— Nunca he negado mis apoyos en las primarias. En la vida política hay que ser coherente, transparente y responsable de las decisiones que se adoptan. En Canarias ganó abrumadoramente Soraya Sáenz de Santamaría, pero una vez que Pablo Casado es elegido presidente del partido, yo como presidente -y toda la organización- se puso a disposición del nuevo dirigente nacional.

— ¿Cómo asume que un día practicamente era presidente del Gobierno, y que el PP iba a presidir dos cabildos, y de repente la nada?

— Todo lo contrario. Tenemos responsabilidades muy importantes: una capital de isla, gobernamos en dos cabildos, muchos ayuntamientos, hemos consolidado mayorías absolutas... En el 25% de los municipios gobierna o cogobierna el PP. Eso no es la nada. Y cuando me daban como presidente del Gobierno, no me dejé llevar por cantos de sirena. Yo soy un tipo muy realista.

Usted se tiró a la piscina en un par de ocasiones. Primero se ofreció al PSOE para un pacto y después apoyó de manera velada la censura en La Palma a CC, en contra de Génova.

— Yo no me ofrecí al PSOE, pero cuando hablamos de regeneración política, significa que aquellos que llevan 30 años gobernando puedan pasar a la oposición. Con La Palma, siempre acaté las directrices de la dirección nacional. Como presidente autonómico, las trasladé y mis compañeros en La Palma las conocían. Lo único que espero es que se reconduzca, para bien, la situación que viven los compañeros en la isla.

¿Volvería a tomar las mismas decisiones? ¿En qué se equivocó?

— Uno nunca puede decir que tomaría las mismas decisiones, porque los contextos cambian, pero si me pregunta en qué me equivoqué... ¿Me equivoqué en no ser presidente del Gobierno? Nunca lo pude ser porque no había 36 votos. ¿Me equivoqué en no ceder a la presión de CC que pretendía humillar al PP? Pues no sé, pero intenté ser coherente. He hablado muy claro en todo este proceso, y todo el mundo sabía cual era mi opinión.

¿Y se equivocó al negarse a que Australia Navarro fuera la candidata a la Presidencia?

— Ese es el debate que están utilizando todos, pero cuando esa posibilidad se planteó, en ese instante, el pacto de izquierda se estaba firmando. Ese debate no fue real.

Lo que sí es cierto es que a partir de ahí, la relación con su secretaria general se quebró y usted intentó desplazarla de la Portavocía.

— No hay que dramatizar. Tampoco con los cargos. El portavoz del Grupo parlamentario se decide en el Grupo. En mi caso, asumí la Portavocía con la unanimidad de los diputados. Los portavoces no son cargos por oposición. Hay que saber adaptarse a las circunstancias.

¿Navarro es la persona adecuada para llevar las riendas del partido?

— Tiene experiencia y conoce el partido, pero le corresponde a la dirección nacional tomar las decisiones que marquen el futuro del partido.

¿Coincide con Clavijo en el Senado? ¿Cómo es su relación ahora?

— Mi relación personal con él es cordial, aunque en lo político se ha tensado en los últimos tiempos.

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