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Crónica de un desgobierno público

Crónica de un desgobierno público

Televisión Canaria. La reunión del Consejo Rector del 29 de junio, cuando no se aprueban las cuentas y el informe de gestión, refleja la quiebra interna. Ese día Padrón deja de ser la tabla de salvación de Negrín.

Jueves, 1 de enero 1970

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La Mesa del Parlamento se encontró el pasado 1 de agosto con que Santiago Negrín le había mandado las cuentas del año 2016 y el informe de gestión sin la aprobación del Consejo Rector de Radiotelevisión Canaria, contraviniendo así lo que recoge expresamente la Ley 13/2014 que regula dicho ente público. La respuesta del Parlamento fue inmediata: le devolvió el expediente y le instó a que se le mandase cuando contase con esa aprobación.

Para entender por qué Negrín no consiguió esa aprobación hay que remitirse a cómo se desarrolló el 29 de junio la sesión del Consejo Rector que incluía en el orden del día la aprobación de las cuentas y del informe de gestión. Y esa crónica es la del desgobierno en que desde hace meses vive RTVC bajo el mandato de Negrín. El acta de la sesión, a la que ha tenido acceso este periódico, no deja dudas al respecto.

Aquel día estaban en la capital grancanaria Santiago Negrín y Alberto Padrón, mientras que la tercera integrante del Consejo, estaba en Santa Cruz de Tenerife. El punto primero del orden del día era la designación de un consejero como secretario de la sesión convocada, pues la titular de la Secretaría estaba de baja por maternidad y ni Negrín ni su equipo se habían ocupado de resolver esa incidencia.

Sobre la marcha, María Lorenzo advierte a Negrín de «la imposibilidad de celebrar la sesión por la ausencia (...) de la secretaria». Negrín recuerda la baja de la titular de la Secretaría y añade: «Hay que sacar adelante asuntos imprescindibles», explicando seguidamente que se ha propuesto un nombramiento de secretario «accidental y coyuntural». Pretende Negrín fundamentar ese argumento «con una comunicación de la secretaria actual del Consejo Rector, asesora jurídica del Consejo y su presidente». Y Lorenzo le espeta que si aquella está de baja no tiene validez el informe, momento en que Negrín se desdice y lo que antes era «un informe» pasa a ser «una valoración realizada previa consulta».

Cruce de argumentos

Negrín contraataca con unos argumentos que incluyen rescatar el Reglamento de Organización de RTVC de 2001, señalando que está vigente hasta la aprobación de uno nuevo acorde con la ley de 2014 -reglamento que Negrín fue incapaz de sacar a tiempo-. Añadió que un informe de los Servicios Jurídicos de RTVC sustentan la opinión de que en «caso de vacante, ausencia o enfermedad» del secretario, esas funciones pueden ser asumidas por un consejero, no pudiendo ser el presidente quien lo haga. Y Lorenzo le recuerda que la propia secretaria del Consejo ya había informado anteriormente de que el precepto invocado por Negrín «estaba derogado». Llegado a ese punto, Lorenzo lee un escrito, que se incorpora al acta, en el que señala que el Consejo no puede constituirse y en que en caso de que se celebrase la reunión, ella «no formaría parte del órgano constituido». Y añade: «Ciertamente podría dimitir, llegados a este punto, pero la paralización del órgano sería total si se queda solo con dos miembros y sin secretario hasta no se sabe cuándo».

Por si fuera poco, echa mano de la ley de RTVC, que señala en su artículo 17 que el secretario debe ser un funcionario no consejero con licenciatura en Derecho. E insiste en que el Consejo Consultivo ya puso reparos a lo dispuesto en la propuesta de reglamento sobre la elección de un secretario sustituto.

El cruce de argumentos entre Negrín y Lorenzo se prolonga, sin que ninguno ceda en sus posiciones e interviene al fin Alberto Padrón. En ese momento, Padrón se posiciona en apariencia del lado de Negrín y dice que no se puede dudar de la asesoría jurídica de RTVC, entendiendo que la decisión de nombrar un secretario para esa sesión es legal. Es entonces cuando Negrín propone que Padrón sea el secretario accidental y se pasa al punto dos, que es la aprobación de las cuentas anuales de 2016.

Ahí Lorenzo, en coherencia con lo que había dicho, se niega a participar en la sesión, a lo que Negrín le pregunta si va a ir y ella contesta: «¿Me va a echar?». Negrín se limita a responder que no. Entra en escena Paloma Martín, que aclara las dudas de los consejeros sobre las cuentas y, pese a formalmente participar solo dos consejeros, se vota, con el resultado de Negrín y Padrón avalando las cuentas y Lorenzo presente pero sin participar. El punto tercero son las cuentas de la sociedad Televisión Canaria, para lo que entran Heriberto Monzón, director Corporativo del canal, y el auditor Joan Francés, todo ello tras constituirse la Junta General de la sociedad.

Llamada

Es entonces cuando una llamada de teléfono cambia todo el escenario. La recibe Alberto Padrón, que se ausenta unos minutos, y a la vuelta, a las 12.20 horas, dice que no se siente preparado «al no ser jurista sino economista para avalar los puntos en este Consejo Rector dada su importancia y que sería secretario para temas de menor índole», y solicita una convocatoria urgente del Consejo Rector para nombrar a una secretaria «que cumpla con los requisitos que exija la ley».

El desaguisado continúa y Negrín cuenta entonces, ya que está constituido el Consejo Rector y hay secretario accidental -Padrón-, añade de forma urgente al orden del día un punto relativo al nombramiento de la nueva secretaria «de manera temporal». Padrón asiente, Lorenzo se opone y Negrín sigue con su hoja de ruta, señalando que se ha elegido secretaria siguiendo un concurso público y que se ha presentado una persona conforme a los requisitos legales. Ahí María Lorenzo reitera que prefiere no participar en la sesión habida cuenta el cúmulo de irregularidades. El consejero del PP pide a Lorenzo que no bloquee el órgano de gobierno y finalmente se vota, con el apoyo de Padrón y Negrín, la declaración de urgencia de la propuesta de nombramiento. Pasan a examinar el currículo de la candidata, que finalmente es elegida también con los únicos votos de Negrín y Padrón: María Jesús Ibarria, que sustituye a Cristina Duce hasta que ésta se reincorpore.

Ahí termina la sesión. Un mes después, el Parlamento recibe el expediente enviado por Negrín, con un certificación firmada por él mismo donde se señala que ni las cuentas de 2016 ni el informe de gestión de RTVC y sus sociedades fue aprobado por el Consejo Rector porque Alberto Padrón «asumió únicamente las funciones del secretario para la adopción del nombramiento de la secretaria suplente».Desde entonces, el Consejo Rector vive en esa situación de precariedad creciente, con una secretaria suplente cuyo nombramiento cuestiona una consejera, con un presidente que no informa a los consejeros de los asesoramientos externos que contrata y que busca una vía cuestionada jurídica y políticamente para sacar adelante el contrato más importante del ente y con un Parlamento cuya mayoría le instó en julio a dimitir antes de ser destituido.

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