CC busca «recolocar» los asuntos canarios en la agenda estatal en el segundo trimestre del año
Negociación. ·
El Gobierno de Clavijo ya ha repasado la mayoría de los temas pendientes con los distintos ministerios, a la espera de saber si hay presupuestos para 2024
Tres meses después de la investidura de Sánchez y la formación de Gobierno, los asuntos de la agenda canaria recogidos en el pacto de legislatura que CC firmó con el PSOE siguen en muchos casos en la casilla de salida o no han avanzado como el Ejecutivo de Clavijo esperaba, a consecuencia de la inestabilidad que marca la política nacional y del retraso de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2024, cuyo trámite sigue en el aire.
Estos tres primeros meses de legislatura sí han permitido sin embargo repasar los puntos pendientes con los distintos ministerios, ya sea a través de las visitas que las titulares de diferentes departamentos han hecho a Canarias -se han desplazado a las islas las ministras de Juventud e Infancia, Defensa, Transición Ecológica, Vivienda y Migraciones- o con reuniones técnicas en Madrid.
En paralelo el Gobierno canario viene manteniendo una interlocución permanente y discreta con el Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero, con intercambio de documentos para ir definiendo la ficha financiera de las islas en las nuevas cuentas del Estado.
Pero ante la evidencia de que Montero no va llevar los nuevos presupuestos al Congreso hasta que no tenga garantizado el apoyo de Junts, todo queda pendiente de la aprobación de la ley de amnistía, cuyo dictamen deberá estar listo como máximo el 7 de marzo con el fin de ser debatido y votado nuevamente en el pleno del Congreso, que podría ser la semana del 12 o del 19 de marzo.
Con este calendario sobre la mesa, la reajustada hoja de ruta de CC apunta ya al segundo trimestre del año para dar un impulso a los acuerdos previamente encarrilados y colocar los asuntos canarios en un lugar destacado de la agenda del Gobierno estatal, con el objetivo de empezar a ver resultados tangibles.
Con el horizonte aún sin despejar, se plantean dos escenarios posibles: que los soberanistas catalanes den un respiro a Sánchez y permitan la aprobación de unos nuevos presupuestos, o que el bloqueo se alargue, en cuyo caso seguirán prorrogados los presupuestos de 2023 sin posibilidad de aumentar las partidas canarias ni las dotaciones de los convenios bilaterales pendientes de cerrar.
En este sentido, el tiempo corre en contra, porque aun en el caso de que Montero lleve el proyecto de ley presupuestario al Congreso a lo largo del mes de abril, el trámite parlamentario para su aprobación conlleva unos tres meses y situaría su entrada en vigor como poco a mitad de año.
Hasta ahora, los presupuestos que más tarde se han aprobado fueron los del año 2018, que lo hicieron en el mes de junio, pero si las opciones de sacar adelante las cuentas de 2024 se dilatan más, el Gobierno previsiblemente optará por mantener la prórroga de los actuales.
Más avanzados están los asuntos incluidos en el acuerdo de legislatura que no dependen exclusivamente de la dotación presupuestaria, como la coordinación en materia de inmigración, que a petición del Gobierno de Canarias ya cuenta con un mando único en la persona del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que preside la Comisión Interministerial de Inmigración constituida a finales de enero, y está en proceso el cambio normativo para la distribución equitativa de los menores no acompañados.
Pero hay otros asuntos prioritarios que no forman parte del pacto y están pendientes de negociación, como la revisión del traspaso de las competencias de Costas, que Canarias aspira a obtener de forma plena que tendrá que negociarse en la Comisión Bilateral Estado-Canarias, aún sin fecha.
También está pendiente de negociar la flexibilización de la regla de gasto que reclama Canarias para poder destinar los 280 millones que las arcas autonómicas tienen de superávit a los servicios públicos básicos y aliviar la presión fiscal, en lugar de tener que destinarlos obligatoriamente a deuda.
.
