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Un fotograma de la serie.
'Watchmen': no es una historia de superhéroes

'Watchmen': no es una historia de superhéroes

Primera temporada ·

La serie de HBO escrita por Damon Lindelof busca su propia identidad, respetando la esencia del cómic de partida, uno de los más importantes en la historia del medio

Lunes, 21 de octubre 2019

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Hay que ser atrevido, o quizás algo inconsciente, para adaptar un cómic con guión de Alan Moore, uno de los escritores más brillantes del arte secuencial. Uno de los grandes genios de la historieta y uno de los más inaccesibles y excéntricos, hasta el punto de que no duda en desmarcarse totalmente de cualquier versión en imagen real de sus creaciones. Nunca figura en los créditos, aunque cobre igualmente sus royalties, y no opina ni quiere saber nada del resultado. Quizás por ello 'Watchmen', la serie de HBO recién estrenada, se inspira en las viñetas dibujadas por Dave Gibbons, que sí figura como asesor, recogiendo el espíritu de la historia de Moore para transitar por otros derroteros, con la clara intención de sembrar la curiosidad y el desconcierto en el espectador. No hace falta conocer el material de partida para disfrutar de una de las propuestas en 'streaming' del momento. Es más, quizás es preferible no saber nada en absoluto para poder degustar del producto sin ideas preconcebidas.

Moore revolucionó el mundo de las viñetas en los años 80 al darle una buena vuelta al concepto de superhéroe tradicional. 'Watchmen' es uno de los tebeos más sugerentes en la historia del género. Un trabajo de estructura narrativa sorprendente, que analiza el concepto de superhombre en un marco de política-ficción, con la guerra fría como telón de fondo, característica que eleva su interés metafórico. Una obra densa, complicada de adaptar, hasta que llegó Zack Snyder, por aquel entonces responsable de '300' y 'Amanecer de los muertos'. Hace una década fue una de las películas más esperadas del año, un espectáculo trufado de efectos especiales cuyas primeras imágenes difundidas en internet, como suele ocurrir en estos casos, despertaron todo tipo de sentimientos encontrados entre los aficionados a los tebeos. Acción, fantasía y ciencia-ficción se daban la mano en una historia compleja ambientada en los ochenta, en un mundo donde los superhéroes son parte de nuestra cotidianidad.

Una apuesta libre

'Watchmen' se pregunta qué ocurriría si los superhéroes existiesen en la realidad. En tal caso, ¿quién se encargaría de vigilar a los vigilantes? Los chicos de la capa y el antifaz también son humanos. Tienen sus problemas, sus manías, sus delirios de grandeza y sus torpezas. Tras la máscara puede esconderse un psicópata, un loco por la justicia o un inadaptado. Personas que envejecen, echan barriga y, en ocasiones, le dan a la bebida. Se ven envueltos en escándalos sexuales o caen en los brazos del vil metal convirtiéndose en los reyes del marketing. Una premisa que el también guionista de historietas Garth Ennis llevó a su máxima expresión en 'The Boys', viñetas también convertidas en una serie en Amazon con violencia explícita.

Jeremy Irons, a la derecha, en un fotograma de la serie.
Jeremy Irons, a la derecha, en un fotograma de la serie.

La versión cinematográfica de Snyder es del todo reivindicable. Precisamente sus puntos flacos vienen porque optó por adaptar al dedillo algunas pasajes. Demasiado fiel al cómic original. Aprendida la lección, la serie escrita por Damon Lindelof es una propuesta libre que recoge la esencia de la obra de Moore para volar por su cuenta. Recordemos que Lindelof viene de ser una de las mentes que nos atrapó con 'Lost', supo currárselo con 'The Leftlovers' y también encontró el aplauso del sector cinéfago por su controvertido trabajo en 'Prometheus', película que no deja de cultivar filias y fobias, un delirio de altura que sabrá encontrar su hueco en la historia del cine con el paso del tiempo. Volviendo al último gran estreno de HBO, que programa la serie a razón de un capítulo a la semana, como viene siendo habitual con sus grandes apuestas, cabe destacar su generoso presupuesto, que deriva en un empaque poderoso. La música de Trent Reznor y Atticus Ross es otra de las bazas a tener en cuenta, embriaga la atmósfera de un producto de consumo con varias lecturas que cuida la escenas de tensión, equilibrando el suspense y la acción con buen tino.

Información sin subrayados

'Watchmen', la serie, busca enganchar al espectador. Para ello va desmenuzando información sin subrayados. No se sabe bien dónde estamos. Hay una lluvia de calamares voladores y en EE UU manda un presidente inventado. Venimos de los acontecimientos ocurridos en el cómic en 1985, pero el tiempo parece ser el presente, en una realidad alternativa. Los agentes de la ley se ven obligados a ocultar su identidad, como los superhéroes, y hay un grupo terrorista supremacista con oscuras intenciones que pretende arrasar con todo.

Don Johnson, en un fotograma de la serie.
Don Johnson, en un fotograma de la serie.

En este marco vamos conociendo a una serie de personajes con una doble vida, defensores de la ley en el anonimato que aparcan la armonía familiar cuando reciben una llamada de alarma. La acción se traslada de Nueva York a Tulsa, Oklahoma, con un claro tema principal: el racismo. La creación de Lindelof a partir del material de Moore y Gibbbons va a dar mucho de lo que hablar, está diseñada para ello, en un contexto social y político perfectamente comparable con los tiempos que nos rodean. Los guiños visuales al cómic no faltan, para los más puristas. Un buen cóctel de referencias para el deleite del público desprejuiciado que puede dejarse llevar por los giros inesperados de un relato de misterio que tiene poco que ver con los superhéroes al uso. Afortunadamente.

HBO estrena cada lunes un capítulo de 'Watchmen'.

Vídeo. El tráiler de 'Watchmen'.

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