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Idris Elba, en 'Luther: cae la noche'. RC
Luther, tú antes molabas

Luther, tú antes molabas

Uno de los mejores thrillers televisivos, con label británico, cierra su existencia, supuestamente, con un largometraje que no está a la altura de su personaje principal

Sábado, 25 de marzo 2023

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Cuatro años tardó en ver la luz la quinta temporada de 'Luther' -en 2019-, una serie policiaca de cabecera, iniciada en 2010, que ha demorado otro tanto la continuación de las tribulaciones de su protagonista, interpretado con carisma por Idris Elba. Las vivencias del paladín del bien de andar por casa creado por el novelista Neil Cross han vuelto hace unos días, casi un lustro después de su última cacería, de la mano de una película de más de dos horas de duración, confirmando el declive creativo de una propuesta que se saltaba las normas del formato serializado y funcionaba mejor con personajes que ya no existen. La cuarta sesión, por ejemplo, constaba tan solo de dos capítulos, dato que viene a ser parecido, en términos de minutaje, a su última hazaña: esta vez han juntado un par de episodios y se ha estrenado directamente en Netflix como un largometraje que cierra, supuestamente, las tropelías del intenso investigador. El filme es número 1 en la popular plataforma, a pesar de haber descontentado al grueso de los fans del detective éticamente imperfecto, lo que puede dar pie a otra aventura de próximo lanzamiento según los rumores. Dado el éxito, seguramente habrá secuela.

Al final de la quinta temporada Luther entraba en comisaría por delitos de corrupción. Su afán por impartir justicia terminaba superándole. Cometer actos impuros con tal de conseguir tu objetivo, por muy justo que parezca, puede acabar mal, con daños colaterales. Recordemos que había dos tramas en paralelo: un asesino en serie que se excitaba sobremanera pinchando a los demás y el duro policía haciendo de las suyas, metido hasta las trancas en un ojo por ojo, matar o morir. De nuevo se cuestionaba la moral del protagonista: «Si es legal, no hay problema». Pero no siempre es así.

'Luther: Cae la noche', lanzamiento que nos ocupa, presenta al rol encarnado en cuerpo y alma por Elba encerrado entre rejas. En resumen, sumamente acabado. La aparición de un nuevo serial killer le pone en funcionamiento. Tiene un tema pendiente por resolver. Los demonios le queman por dentro y esa tormenta interior debe salir hacia afuera, con lo cual no tarda en urdir un plan que le permite escapar de la prisión y perseguir al villano, interpretado por Andy «Gollum» Serkis, un individuo sádico con mucha pasta en el bolsillo, luego notablemente aburrido, que quiere sembrar el caos a base de manipular a seres humanos incautos a los que ha pillado haciendo algo indecente en Internet. Maneja una red de captación ilegal de imágenes impúdicas con la cual puede chantajear y manipular a medio planeta.

Luther sigue sin llevar armas, le vale con los puños. Le cuesta reír, es incapaz, y pasea por las calles, entre las sombras, con las manos en los bolsillos de un abrigo que apenas cierra. Debajo va en camisa, lo que no quita para que en 'Luther: Cae la noche' acabe en un paisaje nevado en Noruega, nada más y nada menos, sin pasar frío, por si nos nos había quedado claro todavía que es un tipo duro. Hay quien ha visto ecos de James Bond en le tercer acto de este filme fallido que empieza con fuerza, exponiendo el horror del asesino superstar, cuya metodología es retorcida y mesiánica, para desinflarse sin remedio, como la serie en sí. Recordemos que Elba lleva tiempo sonando como el primer agente secreto 007 inclusivo. Al que esto escribe, lector ávido de cómics, el personaje siempre le ha recordado a Blacksad, un gato negro duro de pelar metido a detective que pasea el palmito, enfundado en una tradicional gabardina, por las calles de una ciudad poblada por todo tipo de animales humanizados. Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido firman las viñetas, aunque el propio Cross ha confesado en más de una entrevista que se inspiró en Holmes y Colombo a la hora de escribir.

El bien y el mal

Jamie Payne, curtido en el ámbito televisivo con series como 'El alienista' o 'Doctor Who', traslada a imagen real un guion de Cross, cuya trayectoria en el medio audiovisual es discreta, a excepción de 'Luther', con títulos como 'Crossbones' o 'Hard Sun'. Elba vuelve a interpretar al investigador John Luther, un defensor implacable de la justicia que no tiene ningún problema en saltarse las reglas cuando le conviene para atrapar al malhechor que toque, ya sea un asesino en serie o un mafioso sin escrúpulos. Es un saco de testosterona, sin límites en su trabajo, que apenas duerme, nunca come y no lleva pistola. Va siempre vestido con el mismo abrigo. Con las manos en los bolsillos, camina con elegancia por las calles de Londres comido por la ansiedad. Es como un superhéroe si poderes sobrenaturales. O más bien un antihéroe total.

Una de las características de esta serie, y de muchas producciones con nacionalidad británica (muy por encima de la media estadounidense), es que ofrecen pocos capítulos, se ventilan la historia sin estirar el chicle, algo que no ha ocurrido en el filme de estreno. En 'Luther: Cae la noche' no hay apenas momentos de amoralidad profunda, al filo de la ley, que cuestionan la ética de Luther, un personaje sumamente interesante, que se revela muchas veces como un tipo bastante más peligroso que los maleantes a los que desea fervientemente dar caza.

La serie

'Luther' empezó su emisión en mayo de 2010, en la parrilla de la BBC, con una primera temporada intensa de seis capítulos donde se describía su inquietante atracción por una psicópata insaciable que termina siendo una aliada impredecible en sus pesquisas. Ambos expulsan sus monstruos de manera sospechosamente parecida, aunque el policía esté, supuestamente, amparado por la ley. Ruth Wilson ('The Affair') encarna a Alice Morgan, la fría asesina, maquiavélica y extremadamente inteligente, un cerebro criminal que enciende al obsesivo agente, hasta el punto de que llegan a intercambiarse algunos demonios internos. Tan sugestiva relación da pie al drama psicológico, una de las principales bazas de la serie, cuya segunda temporada contaba con cuatro entregas, programadas en el verano de 2011.

En 2012 el propio Neil Cross, propenso a explorar en la oscuridad del ser humano, publicó una novela, 'Luther: El origen', donde desgrana una suerte de precuela de su creación. Editada por Es Pop Ediciones en nuestro mercado, presenta una historia inédita que funciona de manera independiente, tanto para eruditos como para profanos. Ganadora del premio Ngaio Marsh 2012 a la mejor novela policiaca del año, su lectura resulta obligatoria para los fans completistas. Idris Elba se llevó un Globo de Oro por su actuación el mismo año y son varios los galardones y nominaciones (Emmy, BAFTA, Satellite Awards…) que sustenta esta recomendable ficción audiovisual. «El misterio que intenta resolver Luther es la muerte de su propia alma en un mundo imperfecto», cuenta el cineasta Guillermo del Toro, seguidor de las peripecias del inspector. «Caído en desgracia, pero dispuesto a luchar por la salvación, el enemigo más formidable de Luther es él mismo». La capacidad del protagonista para resolver casos de manera extraordinaria es inversamente proporcional a cómo afronta las relaciones personales y profesionales. Sin embargo, sabe embaucar a sus compañeros de trabajo, es un manipulador nato. Sus dotes deductivas nublan a sus subordinados. Intuitivo e instintivo, ¿es un buen policía?

Los personajes secundarios también son dignos de mención. Cuidado con encapricharse con ellos porque ninguno está libre de acabar degollado, o algo peor. La tercera temporada, formada por cuatro capítulos, se emitió en la BBC en el verano de 2013. La cuarta, la más floja de todas, llegó dos años más tarde, también en época estival. Del 1 de Enero de 2019 a 4 de Enero de 2019 pudo verse la quinta entrega, disponible en Netflix con todo el lote. Comienza fuerte, con Luther siendo torturado por George Cornelius, un curioso capo mafioso interpretado magistralmente por Patrick Malahide ('Juego de Tronos'). El gánster quiere saber quién ha secuestrado a su hijo. La que se lía es tremenda, con un final desasosegante, el más duro de toda la serie. John Luther cruza esta vez toda barrera imaginable, se desboca al filo del abismo. Mientras intenta solucionar lo que no tiene solución, un nuevo psicópata irrumpe en escena cometiendo un delito tras otro. Es un enfermo mental imparable, cuya mayor aliada es su propia psicóloga, a quien encarna con carisma Hermione Norris ('Cold Feet'). El reparto es uno de los mayores lujos de la serie, que cojea con 'Luther: Cae la noche', un compendio de giros forzados que alarga una historia manida que ha gozado de un presupuesto por encima del resto de las tropelías de Luther. La mano de Netflix se nota, y no para bien, intentando convertir, una vez más, una producción interesante en un delirio mainstream, sin pies ni cabeza, que coloca al cabezón investigador en un lugar que no le corresponde.

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