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Protagonistas de 'Mammals'. RC
Series en Amazon | Crítica de 'Mammals': mamíferos infieles

Crítica de 'Mammals': mamíferos infieles

La nueva apuesta de Prime Video en un culebrón entretenido disfrazado de serie modernita

Lunes, 5 de diciembre 2022, 07:50

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Si 'Mammals' ('Mamíferos'), la serie protagonizada por James Corden y estrenada en Prime Video, fuera un animal, sin duda sería un ornitorrinco, esa especie que amamanta a sus crías, pone huevos, tiene pico de pato, cola de nutria y patas de castor. Es decir, un bicho raro. Porque 'Mammals', como el ornitorrinco, también es una mezcla extraña en la que se combinan comedia negra, drama y 'whodunit'. Será por eso por lo que resulta tan desconcertante.

Sin embargo, el mamífero que aparece en la serie es la ballena. Y, tomándola como símbolo y señal, 'Mammals' se muestra como el enésimo intento de analizar las actuales relaciones de pareja y comprobar si la monogamia es un hecho natural en los humanos o, en el fondo, estamos sometidos a un instinto más primario que nos lleva a aparearnos en cuanto tenemos oportunidad.

Los sujetos de este estudio son el chef Jamie Buckingham (James Corden), un tipo que está en la cresta de la ola profesional, y su esposa Amandine (Melia Kreiling). No deja de resultar paradójico que, en esta serie, el polifacético Corden dé vida a un cocinero tras haber sido vetado por el dueño de un restaurante neoyorkino alegando que Corden era el cliente más tirano que había conocido en 25 años de profesión. Entre eso y las polémicas que últimamente rodean al inglés, que ha dejado de ser el gordito gracioso de la pandilla para convertirse en el arquetipo de estrella clasista y déspota, sus detractores se lo van a pasar bomba viendo cómo sufre el chef Jamie, ya que su vida perfecta se rompe en mil pedazos al descubrir las infidelidades de Amandine.

Si esto no fuera suficiente, también pasa por un mal momento el matrimonio de la subtrama, el formado por Lue (Sally Hawkins), hermana de Jamie y casada con el mejor amigo de éste, Jeff (Colin Morgan), profesor de biología y estudioso del comportamiento animal.

Con este par de parejas en crisis, 'Mammals' se convierte en un culebrón entretenido disfrazado de serie modernita. Culebrón entretenido porque hay cuernos, y lío, y más cuernos, y más lío, y por eso engancha; por eso, por descubrir quiénes son los amantes de Amandine y por la escasa media hora de duración de sus episodios. Y serie modernita porque les ha salido algo a lo Charlie Kauffman, pero no tan bueno: funciona el tono melancólico, desencantado y, a veces, cruel, que recorre toda la serie, pero termina resultando fallida y pretenciosa cuando se toma demasiado en serio. Por otro lado, la prospección psicológica de los personajes naufraga al convertir a Jamie en un tipo insufrible y a Amandine en el estereotipo de francesa liberada sexualmente a la que no le hace falta ni peinarse para resultar atractiva, mientras que el juego entre la realidad y la ficción reflejado en las ensoñaciones que vive la hermana de Jamie resulta prescindible.

Los seis episodios han sido dirigidos por Stephanie Laing (a cargo de diferentes capítulos en series como 'Veep', 'Dollface' o 'Made for love') y escritos por Jez Butterworth, uno de los dramaturgos británicos más exitosos, salido del 'Royal Court' de Stephen Daldry y autor de obras teatrales aplaudidísimas como 'Mojo' o 'Jerusalén', creador de 'Britannia' y guionista de 'Al filo del mañana', entre otras producciones. Quizá lo mejor de la escritura de Butterworth sea la capacidad para convertir una historia de amor (o de desamor, en este caso) en una trama de intriga: consigue que el interés por ir descubriendo, al mismo tiempo que Jamie, la vida oculta de Amandine vaya aumentando capítulo a capítulo, hasta llegar a un final inesperado. Y cetáceo.

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