Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
'Cristo y Rey' juega al morbo y la provocación desde su mismo título, que concreta a la pareja protagonista, pero también remite a la banda terrorista de ultraderecha que actuó en España en los años 70. La serie creada por Daniel Écija, que Atresplayer Premium estrena este domingo antes de saltar al prime time de Antena 3, se inscribe dentro de una tendencia que revisita la Transición desde una óptica amable, nostálgica y kitsch, una excusa que permite lucirse a los equipos de vestuario y peluquería. Pero no nos engañemos. Más allá de la mirada a una época a la que volvemos una y otra vez, Atresmedia confía en el gancho de una pareja mediática que ventiló en la prensa rosa sus infidelidades, excesos, abusos y adicciones. 'Cristo y Rey' es el 'Sálvame' hecho serie.
La última película estrenada en cines de Bárbara Rey data de 1980: 'Unos granujas decentes', de Mariano Ozores. La actriz y vedette nacida en Totana (Murcia) hace 72 años no ha parado desde entonces de salir en los medios. La deriva del Rey emérito en los últimos tiempos ha provocado que su presunta y eterna amante vuelva a pisar los platós. Hasta a punto estuvo de comparecer en el Senado el año pasado para que explicara si silenció su relación a cambio de dinero procedente de fondos reservados. La aparición del rey Juan Carlos, encarnado por Cristóbal Suárez, cierra a manera de epílogo el primero de los ocho capítulos que la prensa ha tenido ocasión de ver. «Buenas noches, majestad», le dice ella a la puerta de la Zarzuela, adonde le ha conducido un coche en plena noche. «Cuántas veces te he dicho que no me llames así», contesta el monarca.
A Belén Cuesta la hemos visto muchas veces en papeles de mujeres pizpiretas o tiernas e inocentes como la Magüi de 'Paquita Salas'. La actriz sevillana acepta el reto de meterse en la piel de la musa del destape, una de las españolas más deseadas de su tiempo, y sale victoriosa. Clava el parecido físico, con su pelo corto rubio y los chaquetones de piel, aunque quizá le falte carnalidad en los números musicales y las escenas de desnudo. Jaime Lorente, el Denver de 'La casa de papel' y Nano en 'Élite', resulta bastante más atractivo que el verdadero Ángel Cristo, el hijo de una contorsionista malagueña y un trapecista griego –su nombre de pila era Ángel Papadópulos Dordid–, que falleció en 2010 a los 65 años tras haber paseado su degradación por las televisiones a causa de las drogas. El actor lo interpreta con tanta intensidad, tan pasado de rosca en algunos momentos, que resulta agotador.
Daniel Écija, el productor detrás de 'Periodistas', 'Médico de familia', 'Aída', 'El internado' y 'Águila roja', no se anda con sutilezas. En el primer capítulo conoceremos a un hombre al límite, acosado por las deudas. Televisión Española considera que su espectáculo de circo se ha quedado viejuno en la España de 1979, que estrena democracia. Necesita para la gala «a una chiquita, a una rubia que ahora mismo es la bandera de la libertad e hizo campaña para la UCD, un cañón de mujer», como le alecciona el presentador José María Íñigo. Así que Ángel Cristo tratará de convencer a la diva para que, en plena cima de su popularidad, presente la gala y salve el Circo Ruso, que dio de comer a 300 personas y tuvo contratados a personajes tan populares como Íñigo y Miguel de la Quadra Salcedo. En pocas semanas vendrá la boda en la carpa instalada en la Plaza de Toros de Valencia y nueve años de espectáculo con los leones y en el papel couché.
Las infidelidades, entre ellas con Paquirri (Jesús Castro), las toneladas de cocaína, las armas, los malos tratos, el incendio del circo en 1986 y la ruina aseguran que no habrá tiempos muertos en 'Cristo y Rey', que sorprendentemente no debe confiar mucho en la labor de caracterización de los personajes (o en su público), porque cada vez que aparece un famoso va acompañado de un rótulo indicando su nombre.
Por otro lado, está bien que Belén Rueda no imite la voz grave de Bárbara Rey, Cristobal Suárez no se parezca demasiado a Juan Carlos I ni hable como él, ni Adriana Torrebejano recuerde a la periodista Chelo García Cortés, que en sus recientes memorias contaba que descubrió su bisexualidad con la vedette. Lo contrario hubiera sido caer en la caricatura. 'Cristo y Rey' quizá sea tan falsa como esos tigres que cantan a efecto digital, pero ofrece lo que promete: morbo y una corte que también resultó ser un circo.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.